Mi marido tiene familia: Interesante adaptación coreana
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Reiniciamos nuestro acostumbrado análisis telenovelero. Repasemos "Mi marido tiene familia" una producción que no se emitió en el Perú, lo vimos a través del cable y resultó muy entretenida. |
Lima, 30 de Abril 2018, - (El Informante Perú).- Mi marido tiene familia es una telenovela que nunca se ha emitido en el Perú. Sólo, gracias al cable, hemos tenido la oportunidad de apreciarla en su totalidad y, por ser la primera adaptación asiática y algunos temas adicionales más, vale la pena comentarla.
La producción de Juan Osorio para Televisa constituye la adaptación de un drama coreano (dorama) My husband got a family creada por Park Ji-eun y emitida por la cadena KBS 2TV en el año 2012.
La Historia (Según sinopsis oficial)
Julieta (Maravillosa Zuria Vega) es una mujer independiente que trabaja como vicepresidenta en una importante empresa y es pareja de Robert Cooper (Como siempre aceptable como galán, Daniel Arenas), un médico respetable que fue abandonado en un orfanato cuando tenía apenas 4 años y fue adoptado por una pareja colombo-estadounidense. Para todas las amigas de Julieta, Robert es la pareja ideal que cualquier mujer quisiera tener.
Todo cambia cuando Julieta y Robert se van a vivir a una nueva colonia, en una pensión, allí es donde conocen a la familia Córcega, que es integrada por doña Blanca (impecable Diana Bracho), don Eugenio Córcega (Rafael Inclán), sus tres hijas, Marisol (Jessica Coch), Daniela (Laura Vignatti) y Linda (Jade Fraser), Frida (Isabella Tena), Audifaz (René Casados) y Polita (Gabriela Platas), su hijo Aristóteles (Emilio Osorio) y la matriarca doña Imelda Córcega (muy bien la gran Silvia Pinal); una familia muy unida, pero a la vez muy conflictiva. Julieta y Robert comienzan a rentar un departamento en la propiedad de los Córcega.
Al principio, Julieta y doña Blanca comienzan a tener diferencias por el modo de pensar de cada una. Cada integrante de la familia tiene una opinión muy distinta a la de Julieta y esto provoca conflictos que Julieta ve cada vez más insoportables. Cuando por fin cree que se libraría de la tan ‘conflictiva’ familia, algo totalmente inesperado sucede en sus vidas, ya que se descubren que los Córcega son la verdadera familia de Robert, en realidad es hijo de doña Blanca y don Eugenio, el que extraviaron hace 34 años y cuyo verdadero nombre es Juan Pablo.
Julieta creía haber encontrado al hombre perfecto en Robert: trabajador, amoroso, solidario, responsable, pero ahora cuenta con una familia que le pisa los talones a cada paso que da y obstaculiza su relación.
Primera adaptación coreana
Luego de temporadas irregulares, emitiendo deplorables adaptaciones e historias poco atractivas, en Televisa los cambios experimentados les han brindado positivas satisfacciones, las nuevas producciones contienen mejoras saludables, exploran más el melodrama enfocando realidades más actuales gracias a la compra de guiones más dinámicos y modernos.
Así, tenemos esta primera adaptación asiática que realiza la televisora mexicana, originalmente compuesta por cerca de 60 capítulos.
Claro, el mérito de esta trama es la buena adaptación que ha tenido. Los aplausos se lo llevan los escritores, Héctor Forero y Pablo Ferrer por haber adecuado a nuestra realidad latinoamericana una historia que originalmente estaba más enfocada al ámbito juvenil. Contrario a lo que sucede en la versión asiática, el guión está más ampliado, existe una extensión de los capítulos. Para ello la pareja protagónica tiene un ‘antes y después' previo a la revelación del origen en torno al nacimiento de Robert.
En medio de los problemas que envuelve a la pareja observamos un buen casting escogido. Se nota el buen trabajo de Juan Osorio quien siempre nos ha presentado actores a la altura de la circunstancias como anteriormente lo hizo en 'Una familia con suerte' (Televisa-2011) o en 'Mi corazón es tuyo' (Televisa - 2015).
Uno de los aciertos de la historia es la ambientación realizada en el estado de Oaxaca cuyas costumbres y formas de vida le dan un tono diferente a la trama e incluso, en alguna toma, aporta mucho para el desarrollo de la escena mostrada. Por ejemplo los entretelones entre Julieta y las hermanas de Robert durante una feria turística.
Otro punto importante es el buen trabajo de Héctor Bonilla quien regresa a Televisa como el director de esta producción. Así como el trabajo de Antonio García y Manolo Domínguez por la estupenda escenografía y ambientación.
Telenovela casera
Parte del éxito de Mi marido tiene familia lo constituye la buena química entre los protagonistas. Tanto Zuria Vega como Daniel Arenas se complementan en cada toma y su 'amor' se siente verdadero. Esto ayuda mucho para el desarrollo de la trama y su posterior complemento con el reparto. Además tienen un buen apoyo en el gran trabajo de Diana Bracho quien brilla como la matrona de la familia Córcega. Su talento se plasma en deliciosos diálogos y ocurrentes momentos llenos de hilaridad que logran equilibrar los momentos melodramáticos de la historia.
Asimismo, se percibe un buen equilibrio dramático entre cada problema familiar allí presente. Osorio y su equipo de guionistas no apelan al misterio y la intriga al relatarnos el pasado de Robert, ya que esto es contado desde el inicio de la serie. Los problemas caseros son los que rigen y delimitan el sentido del guión. La historia es netamente familiar enfocado en los conflictos de pareja y de familia de una manera doméstica y cotidiana.
La tormentosa vida de Ana y Tulio (Lola Merino y Marco Muñoz) resulta la más simplista pero también la más efectiva por el buen apoyo actoral de esta pareja de actores con mucha experiencia en este tipo de guiones. El hilo conductor de la trama es mostrar las vicisitudes del grupo familiar Córcega que logra interesar en demasía al televidente porque nunca pierde el sentido estructural del guión. La pareja y los desencuentros personales con la familia de él.
Otro aporte importante fue la presencia de Silvia Pinal cuyo final sorprendió y hasta agradó a los incondicionales seguidores de la historia porque da paso a una segunda temporada que la diferencia del formato original de telenovela que se pensaba era el género hacia donde estaba enfocado.
Mención aparte lo constituye la pareja conformada por Laura Vignatti y José Pablo Minor (Daniela y Gabriel) quienes se apoderaron de la serie por su talento fresco y complemento actoral elevado. Hubo mucha polémica alrededor de esta pareja. Se dijo que el productor, actual pareja de la Vignatti había acondicionado el guión para favorecer la imagen de la actriz.
Lo cierto es que la parejita derrochaba aquella imagen que tenemos mucho de realizaciones clásicas, el de la pareja ‘fresca, dulce e inocente’ que tantas veces se retrató en telenovelas del pasado. Ellos terminaron formando parte de aquel romance juvenil, tantas veces mostrado pero siempre aceptado.
El look de Daniela fue vital para que su personaje creara interés. El productor pudo haber ‘metido mano’ a la historia, pero la pareja subió los bonos de esta producción porque sencillamente aprovechó lo que se le presentaba alrededor, no lo hicieron mal y hasta terminó agradando.
Despropósitos poco atractivos
Toda historia tiene sus altos y bajos, si bien el complemento actoral de la familia Córcega, en su conjunto, funcionaba maravillosamente, algunas historias paralelas dejaban mucho que desear. La familia de Audifaz (René Casados) aportaba poco a la concepción de la trama. Sus problemas resultaban totalmente prescindibles y sus exageradas gesticulaciones terminaban por resultar más ridícula que intrascendente. Igualmente los hijos de Catalina (Olivia Bucio) terminaron resultando poco atractivos. Ni Federico Ayos, menos Ignacio Casano aportaban mucho la trama. Mientras Jessica Coch y Yahir, merecíeron un mayor parlamento. La cantante y su fan agradaban. Ello, unido a las bellas canciones que se dejaban escuchar en medio del romance, terminaban satisfaciendo al televidente. Jessica Coch se desempeñó satisfactoriamente en un tipo de personaje al que pocas veces hemos visto que la interprete. Recordemos que siempre se desempeñó como la mala de la historia.
Pese a todo, Mi marido tiene familia, resultó una historia domestica que resultó más entretenida de lo que se pensaba.
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