ESTA SOCIEDAD 2: UNA HISTORIA POCO APROVECHADA
Lima, 12 Octubre 2008, (Richard Manrique Torralva / El Informante).- Culminó la segunda temporada de Esta Sociedad. ¿Nadie se enteró? Bueno, no es del todo cierto ello, porque tuvo sus adeptos a través del cable aunque eso no signifique mayoría. En todo caso ya nos enteraremos de esto, cuando el decano la señale como “la mejor serie del año” (¿?). Bromas aparte, culminó una serie que tuvo su atractivo en una trama mejor condensada y con muchos más méritos que su anterior temporada; aunque la mayoría la haya sentenciado con la indiferencia total, todo porque el canal que la emitió, con agudo olfato, entendió que está serie no daba para más y la “sepultó” en el horario de la medianoche. Eso sí, los hermanos Pinasco encontraron a través del cable la “alternativa perfecta” para su emisión estelar y los pocos fans que la serie tuvo, pues tuvieron en You Tube “el cómplice perfecto” para andar con las andanzas de estos chicos aburguesados y para nada comparados con la realidad que el peruano común y corriente tiene, y es allí que, seguramente, radique el poco apoyo a la serie.
Recordemos que durante su primera temporada, la serie causo cierta polémica por un supuesto racismo en su historia, que describe la vida de jóvenes blancos y adinerados en un país mayormente mestizo y popular. Esta Sociedad es una serie nacional producida por los hermanos Aldo y Bruno Pinasco. En esta, su segunda temporada la dirección cayó en manos de Aldo Salvini, en cuanto a los escritores, hubo una variación, Javier Echevarría quien participó como escritor en su primera temporada, se retiró por cuestiones laborales, en reemplazo de él, se unió Natalia Parodi. El resto de escritores se mantuvo (Mariana Silva, Jesús Álvarez y el actor Bruno Ascenzo).
En esta temporada, la historia prosigue en torno a estas dos familias de dinero que día a día viven bajo las apariencias y las opiniones que otros tienen. Cuatro meses han pasado y las cosas siguen movidas entre los chicos a raíz de lo sucedido con Mirkala (Gisela Ponce de León). Viviana (bella y con mucho futuro Carolina Cano) no puede ver a Sebastián (Jason Day) ni en la sopa y la relación entre este y su hermano Alonso (Bruno Ascenzo) es más que tirante. Alonso es ahora enamorado de Soledad (mejorando una barbaridad Chiara Pinasco), la nerd del salón a quien se nota, no quiere mucho. Mientras tanto, Clemencia y Ernesto (Javier Valdés y Katia Condos), se ven súper enamorados, planeando el futuro de sus hijos mientras que Graciela (Denisse Dibós) finge ante los demás llevar una buena relación con Alberto (como siempre aceptable el gran Gianfranco Brero), quien parece haber superado todo el problema de Sandra (Roxana Fernández Maldonado) y demás, pero en realidad ni le dirige la palabra. En tanto, en Londres, Ximena (Norma Martínez), le da a Mirkala una noticia que las obliga a regresar a Lima y que al parecer les cambiará la vida a ambas. Paralelamente Sebastián y Alonso, con unas copas de más y discutiendo en el auto, tienen un accidente en la carretera, atropellando a Patrick (Coco Rodríguez), responsabilidad y culpa que mantienen oculta a pedido de su padre. Mirkala llega en medio del drama del accidente y como era de esperarse, no es bienvenida por el grupo.
A nivel técnico el acabado realizado con equipo de última generación es correcto y hasta deslumbrante en algunos capítulos, el problema es que la serie adolece de un guión más sólido. Los personajes lucen estereotipados y carentes de un mejor argumento. Para remate, no todos los actores estuvieron a la altura de la circunstancias. Los Pinasco, ya sea por amistad o por mejores propuestas económicas, logran tener un grupo de grandes actores con mucha experiencia y a quienes no sacan el máximo provecho. Graciela y Alberto así como Ernesto y Clemencia lucen acartonados por momentos. Estos burgueses limeños carecen de mayor desenvoltura escénica producto de un guión flojo y poco atractivo.
Aparte la historia quiere ser “lo más pituca” posible y muestra diálogos insulsos y de lo más ridículo (el momento en que Viviana encuentra a su hermano con su mejor amiga carece de mayor dramatismo porque se le incluye diálogos estúpidos y sin ningún sentido); también recordamos momentos como la muerte de Clemencia en la que Alonso (Bruno Ascenzo) imposta tan terriblemente que ni “sentimos la perdida de su madre”.
El inicio interesa, pero se desdibuja por el poco ritmo dramático que se le da a Mirkala (Gisela Ponce de León) quien tal vez bien dirigida pudo sacar adelante a un personaje, que se supone, es el eje central de la historia, pero que finalmente nunca despega. Hay momentos interesantes como la llegada de Sandra (Roxana Fernández Maldonado) donde parece la historia dará un giro atractivo, pero que no pasa de ser meramente referencial. También la historia de Mariano resulta interesante por el buen trabajo de Gian Piero Díaz que a costa de mucho esfuerzo saca adelante a su personaje, pero al que le falta un mayor dramatismo que permita engancharnos a la trama.
Los mejores de la serie, aparte de Gianfranco Brero, son Marco Zunino quien luce bien como el conflictivo hermano de Viviana, la bella Carolina Cano a quien quisiéramos ver en otras producciones locales ya que puede dar mucho a nivel actoral. Dentro de los nuevos valores, mejoró mucho Chiara Pinasco como Soledad, que se desenvuelve muy bien en la escena de la violación de la que es objeto. Sin duda mamá Sonia (Oquendo) le ha dado muchos consejos y salió airosa en muchas escenas.
Recordemos que el tema de los “ricos y famosos” casi ni ha sido llevado al mundo de las telenovelas o series en latinoamérica por la sencilla razón que la mayoría espera historias, que en cierta forma, los reflejen y sean propias “de la vida misma”. Desde tiempos de la niña pobre y el chico con dinero, más han sido las historias de este tipo las que se han enganchado con las mayorías. Claro han habido, excepciones a la regla, como en 1988 cuando Televisa produjo “Pasión y Poder” una correcta producción que no tuvo el éxito esperado (por eso fue tan corta en capítulos) en la que, supuestamente, iba a ser el lanzamiento de Lola Merino (a estas alturas, nadie se acuerda de ella, porque nunca despegó), pero fue Paulina Rubio quien destacó nítidamente con los resultados por todos conocido. La trama muy parecida, como todas de este tipo, a la serie de los Pinasco, parte del conflicto existente entre dos familias adineradas que con el correr de los capítulos se ven envuelto en intriga y enemistad. Pero ¿por qué la comparación? Sencillamente porque aquí la ambición, el egoísmo y el poder brilla en todo su esplendor gracias al conflicto de los jefes de familia a las que se unen las historias juveniles que allí se presentan. Televisa produjo esta telenovela teniendo en cuenta la gran aceptación que tuvieron las series de moda, en esos momentos, como Dallas y Dinastía que acapararon sintonía en muchos países y que “obligó”, por ejemplo, que otros países, como Venezuela produjera también una telenovela de ese corte titulada “Los Donatti” (Venevisión-1989), que fue un desastre en todo nivel.
Es que, en cierta forma, Dallas y Dinastía, gustaban al grueso de público tan ávido a series donde la maldad de los poderosos se hiciera presente y el villano sea lo más atractivo y hasta carismático posible (como el malvado JR encarnado por el gran Larry Hagman).
Es por ello, que en estos tiempos, otras series gringas son el espejo de nuestros creativos (The O.C. por ejemplo), porque para realizar una serie de este corte tiene que haber una base trazada pensando en series norteamericanas donde este tipo de historias funcionan a la perfección y no en esta parte del continente por más que los Pinasco quieran “romper con los esquemas habituales” de la señal abierta.
Por otro lado, así como en las producciones de Susana Bamonde o Michelle Alexander, faltan grandes actores como Hernán Romero, Gianfranco Brero, Katia Condos, Sonia Oquendo o Javier Valdés, por decir algunos nombres. Aquí faltan mejores nuevos talentos como Carolina Infante, Karina Jordán, Sandra Vergara o Mayela Lloclla, que muchas veces sucumben en series populacheras y decepcionantes (como el mamarracho ese de Dina Paúcar 2, la historia continua, del cual hablaremos muy pronto).
Es que, lamentablemente no hay un mejor balanceo actoral, en parte por los bajos sueldos que unos tienen y también por el escaso argumento que muchas producciones presentan (generalmente dizque autobiografías para salir del paso, nomás).
Aquí, el mérito constituye el riesgo de producir algo que no está en la aceptación popular. Por eso el canal, de arranque, lo entendió así y lo relegó a su peor horario. Los Pinasco saben que su meta está vender la serie en el extranjero y pasarla a través del cable (aunque la ganancia sea ínfima). Sin duda, Aldo y Bruno, esperan que al igual que con los trabajos de Jaime Carbajal, alguien de afuera guste de la idea y pueda producirla mejor; aunque su lugar esté también destinado al mercado latino de Estados Unidos, sea a través del cable o del DVD.
Lo cierto es que existe intención de hacer una tercera temporada de Esta Sociedad, que cerraría la historia, pero todavía no hay nada concreto. Es por ello que el final deja muchas interrogantes para proseguir con la serie, incluso se dice que existe la posibilidad de que se haga una película. A pesar de todo, esperamos que los Pinasco no desmayen y aunque cuesta hacer series en el Perú, la historia prosiga e intenten mejores propuestas y que dejen a las “altas clases limeñas” reposar un poco para mostrar algo propio de nuestra urbe. El populorum se lo agradecerá.
Comentarios
Ovbiamente esta serie no es ni será la más popular o la de mayor rating, porque esto sería utópico en nuestro país en el cual, por el bajísimo nivel cultural preponderante, el mayoritario público chicha espera ver algo acorde a su mundo (¿o deberíamos decir "submundo"?).
Hay para todos los gustos, así como para la mayoría "Esta Sociedad" es una serie insulsa, aburrida, fría o como la quieran llamar, y no la verían, igual para una minoría de gustos más refinados series de gran rating, populacheras, no valen la pena ser vistas.
Lo curioso es que se tocaron multitud de temas importantes como la discriminación sexual, embarazo adolescente, violación, tráfico de drogas, el juego entre política y poder, la infidelidad, las enfermedades, que son temas cotidianos y que reflejan la realidad de ignorancia política y submundos del país... pero no, nadie se dió cuenta de la trama porque las buenas tramas en este país son ignoradas. Yo sin ser pituco me sentí identificado con muchas cosas, sin mencionar que el trabajo en acabados, iluminación, dirección de cámaras e imagen es una maravilla, realmente los Pinasco saben producir calidad... pero nadie menciona eso.
Ví la primera temporada completa en 2008 por Visión Veinte y al momento me gustaron los personajes y la historia, una interesante mezcla de ambición, amor y dolor humano que sólo había visto en series norteamericanas (y yo he visto todo tipo de ficción, incluyendo los vodrios de Michelle Alexander). Sin embargo nunca ví la segunda temporada gracias a América TV y el horario... así que hace unas semanas aproveché mis vacaciones, agarré mi youtube y me ví las 2 temporadas completas. Recordé mi adolescencia y por fin pude ver la segunda temporada... que es mucho más fuerte y realista que la primera. El guion flaquea en algunos puntos pero los personajes casi nunca decaen. Gianfranco Brero demuestra su calidad en cada escena y ni se hable de Denisse Dibós (a esta actriz los personajes dramáticos le caen a pelo) o Norma Martínez. Coincido en que a la historia de Mircala como que le faltó mayor fuerza dramática, pero por suerte Gisela Ponce de León logró sacar adelante su personaje con ese toque cómico y adorable que la caracteriza. Gian Piero Díaz hizo lo suyo y lo hizo bien, un villano bien logrado, lo mismo Javier Valdés que como siempre estuvo excelente. Acabo de ver el final y... esto en verdad merece continuar la calidad está ahí, es innegable.
El mérito de series como esta sociedad es intentar hacer algo diferente en nuestra TV, porque que las series sobre guachimanes, carretillas y vivencias de barrio sean populares, no quiere decir que a todos nos gusten. Obvio, si no haces chicha no tienes rating, eso ya está bien claro por el nivel cultural del país, pero lo importante es tener algo para todos, en vez de un monopolio que sólo complazca a las mayorías. El Perú necesita más variedad, mejor calidad de producción y buenos guiones. De lo contrario... nos quedaremos como estamos
La verdad es que algunos temas son mas populares con la mayoria del pais es porque son temas que la mayoria se identifica, la realidad de la mayoria.
A mi opinion esta serie, si muestra una realidad en Peru, la clase economica alta. Yo vi esta serie porque salio cuando era mas joven y me identificaba con los problemas de los adolescentes a pesar de no pertencer de no pertencer a una clase alta.