RECUERDOS DE "CHINA" ZORRILLA Y SU PARTICIPACIÓN EN LA TELENOVELA “POBRE DIABLA”
Lima, 21 Setiembre 2014, (Por: Richard Manrique Torralva / El Informante Perú).- La actriz uruguaya Concepción Zorrilla, más conocida como China Zorrilla, falleció el último miércoles en el hospital de la Asociación Española de Montevideo.
Famosa en Uruguay y Argentina por una extensísima carrera en cine, teatro y televisión, Zorrilla había sido internada el domingo pasado debido a una enfermedad respiratoria. Sufría problemas respiratorios crónicos como consecuencia del tabaquismo, un hábito de su juventud.
Su deceso provocó muestras de dolor en ambas orillas del Río de la Plata, donde era igualmente querida y admirada.
En noviembre de 2008 le fue otorgada por el gobierno de Francia la condecoración de la Legión de Honor en el grado de caballero (Chevalier), por el gobierno chileno con la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral y en 2011 el gobierno uruguayo la homenajeo con un sello del correo.
Trayectoria
Zorrilla nació en 1922 en Montevideo en el seno de una familia patricia. Era hija del escultor José Luis Zorrilla de San Martín y nieta del poeta Juan Zorrilla de San Martín, llamado en Uruguay "el poeta de la patria". Su carrera artística fue prolífica: actuó en más de 50 películas y más de 60 obras de teatro.
Entre 1946 y 1948 vivió en Londres, donde estudió en la Academia Real de Arte Dramático. De regreso a Montevideo se incorporó a la Comedia Nacional, el elenco teatral oficial de la ciudad, y el más prestigioso del país. En esta etapa fue dirigida, entre otros, por la catalana Margarita Xirgú.
En 1960 se radicó en Nueva York, donde hizo teatro. En 1971 viajó a Buenos Aires donde rodó su primera película, Un guapo del 900 (dirigida por Lautaro Murúa) y luego La maffia (de Leopoldo Torre Nilsson) con Alfredo Alcón, iniciando una entrañable relación con la Argentina. En la temporada teatral marplatense reemplazó a Ana María Campoy en la pieza Las mariposas son libres junto a Rodolfo Bebán y Susana Giménez (en su debut teatral).
En Buenos Aires realizó una intensa carrera en cine, teatro y televisión, medio que le dio inmensa popularidad gracias a su participación en teleteatros bajo la autoría de Alberto Migré. A partir de entonces radicó en Buenos Aires. La conductora televisiva y actriz Susana Giménez recordó la amistad con Zorrilla, quien tradujo los textos de la obra "La mujer del año" que ella protagonizó en la calle Corrientes.
Entre sus actuaciones más celebradas por el púbico y la crítica se encuentran las que realizó en el cine para la comedia "Esperando la carroza" (1985) de Alejandro Doria y su papel en la tragicomedia "Elsa y Fred" (2005) de Marcos Carnevale.
Por sus posiciones y compromiso políticos, Zorrilla fue proscripta por la dictadura militar derechista que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985 y recién cuando la democracia fue reestablecida en ese año volvió a actuar en Montevideo.
Nunca contrajo matrimonio ni tuvo hijos. En una entrevista con el diario argentino Clarín en 2011 dijo: "Toda mi vida soñé con hacer lo que hice. Muy poca gente se puede dar ese lujo, pero me hubiera gustado casarme y tener hijos, eso me quedó en el camino. Me enamoré muchas veces y tuve un gran amor por quien hubiera dejado todo. Pero miro para atrás y fui feliz".
Recuerdos de "Pobre Diabla"
Como hemos recordado China Zorrilla no sólo realizó teatro también incursionó en la televisión argentina con producciones de Alberto Migré. Una de ellas y la más recordada fue en "Pobre Diabla", versión original de 1972 emitida en la televisión argentina en el horario estelar de las diez de la noche con altos índices de audiencia.
Corría el año 1972, Alberto Migré había revolucionado la historia del teleteatro argentino, con la historia de un taxista enamorado de una muchacha millonaria y caprichosa. El autor y productor había conseguido captar un nuevo público: el masculino. Esa historia era nada menos que Rolando Rivas, Taxista.
Tras este éxito, los ejecutivos de canal 13 de Buenos Aires, deciden realizar una segunda temporada, pero su protagonista femenina Soledad Silveyra, se niega a seguir formando parte de la historia. Entonces, le solicitan a Migré que además de la segunda temporada de Rolando Rivas, Taxista, con nueva actriz protagónica (Nora Cárpena), escriba una nueva historia para la rebelde y joven actriz.
Así nace la versión original de Pobre Diabla, una historia hecha a la medida de su protagonista, allí obtiene su primer protagónico un actor paraguayo, llamado Arnaldo André, quién venía de tener una exitosa participación en la novela del taxista, interpretando a un joven millonario dispuesto a pelearle el amor de Monica Elguera Paz (Soledad Silveyra), al mismísimo Rolando Rivas.
La historia protagonizada por Soledad Silveyra y Arnaldo André impactó a los argentinos. China Zorrilla tuvo una participación destacada como doña Hilda, la mamá de la protagonista, (Soledad Silveyra) cuya frase célebre con el que finalizaba mucho de sus parlamentos, "Te das cuenta el espanto", quedó en el gusto popular de los argentinos. El personaje de Zorrilla caía perfecto en ella, porque ya había hecho un papel parecido en el cine con "Esperando la Carroza".
La telenovela fue dirigida por Alejandro Doria y escrita por Alberto Migré, uno de los autores más prolíficos del género desde la década de 1950 hasta 1990 en Argentina (El hombre que amo, Piel naranja, Rolando Rivas, taxista, Vos y yo, toda la vida, Una voz en el teléfono, Ella contra mí, Chau, amor mío, entre otros).
Una muchacha llamada Marcela Morelli (maravillosa Soledad Silveyra) conoce a un hombre rico de mediana edad condenado a muerte por una grave enfermedad que recién le habían diagnosticado. Andrés Mejía Guzmán (José María Langlais), es un prestigioso empresario, miembro de una de las familias más importantes de la ciudad de Buenos Aires. Él se enamora de ella y le pide matrimonio y decide pasar sus últimos meses con ella.
La feliz pareja se marcha de luna de miel a Europa, tras su feliz estancia él decide presentarla a su familia como su esposa; sin embargo, el destino tiene otros planes y muere antes de entrar a la casa, dejando a la pobre chica viuda.
La madre de él, Doña Roberta (Susy Kent), rechaza este matrimonio. La repentina muerte de su primogénito (repentina porque no sabía nada sobre su enfermedad) hace que odie a Fiorella.
Más tarde este odio aumenta cuando descubre que en el testamento, su hijo designa como únicos herederos de la fortuna familiar, a su esposa y a un hijo bastardo (muy bien Arnaldo André), que tuvo con una sirvienta, Malvina (Dora Ferreiro) a la que su madre expulsó de la casa cuando descubrió la relación. Únicamente se establece una condición para que puedan heredar, que ambos convivan en la mansión durante un año.
El muchacho lleva el mismo nombre que su padre y cuando aparece en la mansión para exigir su parte de la herencia y la legitimación que nunca tuvo, conoce a Marcela. Los dos jóvenes se enamoran, pero, por supuesto, no les será fácil concretar su amor: el recuerdo de Ariel, la soberbia de los Mejía Guzmán, la irrupción en escena de la misteriosa Emilce Guerrico (Fernanda Mistral) y el resentimiento de Malvina conspirarán para que el destino de la pareja los encuentre separados.
La entrada de la telenovela tenía como fondo musical el Concierto Nº 1 de Chopin. Los televidentes quedaron fascinados con aquella melodía que caló profundamente en el gusto de millones de televidentes.
La telenovela tuvo, posteriormente, varias versiones, una de ellas peruana. Sin embargo, la que más impactó por su realismo y romanticismo fue esta versión que resultó memorable. Esta producción argentina fue transmitida por Canal 4, hoy América Televisión en el horario de las 2 de la tarde en 1973.
Dentro de las anécdotas a contar es que la Solita Silveyra tenía 20 años y estaba embarazada de su primer hijo, por lo que Migré tuvo que poner el embarazo dentro del guión para así poder seguir con la trama.
Con esta telenovela la protagonista Soledad Silveyra y China Zorrilla consolidaron su amistad que duró hasta el sensible fallecimiento de esta destacada actriz uruguaya a quien siempre recordaremos.
A pesar de la inmensa popularidad que tuvo Pobre Diabla, no quedaron copias de esta versión argentina como si sucedíó con Rolando Rivas taxista que hace un par de años fue repuesta por la televisión argentina. Lástima que en aquellos años no se contaba con la tecnología que existe en la actualidad.
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