Elif (1° Temporada): Cuándo las ideas se agotan

Culminó la primera temporada de Elif, una serie turca muy seguida en el Perú. La historia continúa emitiéndose en Latina. Esta producción consta de cuatro temporadas.
Lima, 26 Noviembre 2017, (El Informante Perú).- Cómo ya habíamos mencionado en anteriores artículos; mientras las producciones mexicanas se suceden una tras otra, producto del recorte en sus capítulos; las turcas no tienen cuando acabar. Los capítulos son interminables. Sus telenovelas casi llegan a los 200 capítulos. Por otro lado, las teleseries cuentan con más de tres temporadas.

Un ejemplo de ello, es Elif, una serie turca producida por Green Yapim con cuatro temporadas en su haber. En Latina, canal que emite esta producción recién se encuentra en su segunda temporada.


La historia

Melek (Selin Sezgin) es una sirvienta que se enamoró de Kenan Emiroglu (Altug Seçkiner), el primogénito de la familia para la que trabajaba. Kenan también se enamoró de ella, pero la madre de Kenan no aceptó la relación de su hijo y envió lejos a la joven embarazada Melek. La joven sirvienta creyó que Kenan la había abandonado y él nunca supo del embarazo. La hija de ambos, Elif (Isabella Damla Güvenilir), nace mientras su padre se casa con otra mujer, Arzu (Cemre Melis Çinar).

Melek comienza una relación con Veysel (Hasan Balliktas), hombre ruin, un violento apostador que tiene la intención de vender a la pequeña Elif para pagar sus deudas del juego. La joven madre decide salvar a su hija y la entrega al cuidado de Ayse, (Ozanay Alpkan), una de las sirvientas de la mansión Emiroglu. A partir de allí la pequeña Elif conocerá un mundo ajeno a ella, pero que al final le pertecene.

Producciones turcas emprendiendo el mismo camino

Cómo siempre sucede con cada televisora y/o productora que se dedican a la realización de telenovelas o teleseries con éxito, muy pronto las ideas innovadoras dan paso a historias ya conocidas, pero con ese ‘gran atractivo’ que permite seguir, con agrado, su trama.

En Turquía también pasan por ese camino que emprendieron televisoras de México, Argentina, Venezuela, Colombia, Perú, Chile, Corea o Japón. Copiar o emular clásicas historias de triángulos amorosos, romances juveniles, madres abnegadas e incluso travesuras de niña.

La historia de Elif resulta casi una 'nueva versión' de lo que escribiera, en su tiempo, el gran escritor argentino, Abel Santa Cruz y que posibilitara que dichos libretos se compren en varios mercados hispanos. Así nacieron, Papa Corazón (con la inolvidable 'Pinina', Andrea del Boca) y Andrea Celeste; en Argentina. Posteriormente al observar el éxito de estas producciones; Televisa, también, compró dicho libretos y así nacieron Mundo de Juguete, Chispita y, su posterior remake mexicano, Luz Clarita.

Las historias de Abel Santa Cruz fueron las pioneras en centrar la trama en la vida de la niña picara y traviesa envuelta dentro de una historia de amor entre adultos. Luego de ello, historias de este tipo, cambiadas pero con igual sentido literario, se escribían en las televisoras de todo el mundo. Una de ellas fue Gotita de Gente o La Recogida en México. En Perú se realizaron guiones de ese tipo, pero más llevado a lo infantil y fantasioso como la irregular Travesuras del Corazón.

Cuándo las ideas se agotan

Elif, es la historia de la niña vivaz, sufrida y protagonista principal dentro de una trágica historia de amor que ya toda Hispanoamérica ha visto hasta la saciedad. La serie se centra, obviamente, dentro de las costumbres propias del país que la produce (Turquía), pero el sentido del guión es el mismo. Una historia tantas veces contada.

El primer capítulo atrapa de arranque, es una muestra de lo que todo guión debería centrarse, al inicio de cada producción, una historia intensa que cautive a los televidentes y posibilite el seguimiento respectivo. El padrastro de Elif la quiere vender, lo que trae como consecuencia el destape del secreto que ocultaba la madre de la niña.

Fuera de ello, el resto es conocido. La niña es llevada a casa de una familia de ricos. Ahí la señora millonaria y la hija del matrimonio la tratan muy mal. El señor de la casa resulta ser el verdadero padre de la niña pero todavía no lo sabe.

Pasados los 20 primeros capítulos la historia se vuelve redundante, monótona, hasta simplista, por momentos. De nada vale la buena banda sonora y la muy cuidada escenografía. Si la historia no sucumbe, del todo, es por las agradables actuaciones de las pequeñas Elif (Isabella Damla Güvenilir) y Tugçe (Zeynep Ögren) quienes centran el interés del televidente en la ternura e inocencia de una, y los desplantes y egoísmos de la otra. Las niñas constituyen el prototipo ideal para historias de este tipo. La niña pobre, huérfana y sencilla; mientras la pequeña millonaria, caprichosa y altanera. Cómo en sus tiempos lo constituían, Lucerito y Usi Velasco (Chispita-Televisa-1982); además de Andrea del Boca y Liliana Simoni (Andrea Celeste- ATC-1982).

La pequeña Elif (Isabella Damla Güvenilir) tiene un parecido físico a lo que fue en su tiempo, nuestra querida 'Pinina' Andrea del Boca (Papá Corazón-Argentina-Perú-1973). La diferencia entre ambas radica en el nivel de travesura de estas niñas, mientras en el guión original de Abel Santa Cruz; la historia se centraba en las jugarretas de la pequeña que contribuía más al gusto infantil que adulto, de todos quienes vivieron dicha generación; la pequeña Elif tiene momentos más dramáticos, muchas veces sus travesuras terminan salvando una situación comprometedora e incluso, contribuyen a la solución de los problemas de los mayores.

Fuera de ello, aquí no tenemos una ‘tía peluca' (la recordada actriz argentina, Elcira Olivera Garcés) cuyos romances y problemas reforzaban la trama (Papá Corazón-Argentina-Perú-1973); tampoco contamos con un padre tan derrochador de ternura hacia la hija querida como nuestro primer actor peruano Ricardo Blume (Mundo de Juguete-Televisa-1974). La trama gira en la desmedida ambición de la villana malsana y ambiciosa, a más no poder, como lo es Arzu (Cemre Melis Çinar) en un papel tan exagerado como impostado. La historia gira y gira; mientras los conflictos se mueven en torno a la estrellita del guión. La pequeña Elif.

A pesar de su escaso romanticismo, la serie peca de empalagosa. Algunas escenas (editadas a propósito) en forma ‘sui generis’, es decir dejadas a la imaginación del espectador; por ser demasiado limitadas no terminan por convencer. El final de la primera temporada resulta poco atractivo a la vez que demasiado inverosímil. Ya usted, si sigue la serie, debe haber observado que la segunda temporada comienza, seis meces después, y deja al vacío su expectante conclusión anterior ¿Cómo se salvaron Elif y su madre? Tan solo hay una explicación tan poco detallista que no termina por convencer ni al más asiduo seguidor de esta trama tan irregular como poco explicativa. Los productores dejan, para más adelante, este misterio, cuando se destape la interrogante que envuelve a esta segunda temporada.

Pese a todo, la historia tiene un buen nivel de sintonía en Perú. En Colombia es la telenovela turca más exitosa. Igual sucede en Argentina. Muchos son los factores. La principal, es que este tipo de historias nunca se agotan y jamás tienen pierde. Cómo en México que producen, hasta el hartazgo, las clásicas historias de Abel Santa Cruz y el resultado, siempre es el mismo, sintonía asegurada.


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