LOS AMORES DE UN INCRÉDULO LORENZO
Lima, 17 Febrero 2005.- Con cierto retraso llega a nuestras pantallas la coproducción de Iguana con Venevisión Internacional llamada "La Mujer de Lorenzo". Sí, una de las tantas producciones que el Perú no vio, pues nadie apostaba que iba tener éxito en el rating, como así ha sucedido, dado que los estelares eran interpretados por actores con poco cartel internacional que buscaban "con esta oportunidad" abrirse paso en el difícil mundo de la actuación.
Pues bien, con estos antecedentes llega a nuestras pantallas "La Mujer de Lorenzo" novelita que relata la historia de un galán buena gente (Guillermo Pérez), que se ve involucrado en el mundo de dos mujeres que compiten por su amor. Una de ellas, Laura (Carolina Tejera), logra casarse con él, mientras la otra, Isabela (Andrea Montenegro) planea la venganza. Aunque todo es color de rosa, el amor se acaba cuando "Laurita" se cansa de pasar como la esposa perfecta de Lorenzo . Sobre todo desde que en su vida apareció Alex (Yul Burkle). Sólo que si Laura abandona a Lorenzo también tendrá que abandonar una vida de lujos y fortuna.
Por ello planea conseguir que su maridito se fije en otra mujer, ya que si lo acusa de adulterio puede obtener una cuantiosa pensión. La víctima elegida es la dulce y tímida Silvia (Adriana Louvier), la asistente de Lorenzo. Laura comienza su proyecto de transformar a Silvia en el tipo de mujer a la que su marido no se resista, claro todos ignoran que finalmente la dulce y abnegada Silvia será el perfecto amor que Lorenzo haya estado buscando.
Pues bien en el guión de Alejandra Rodríguez todo es previsible y nada se esconde, historia demasiada simplista que a pesar de estar condicionado dentro del mundo del modelaje, nunca logra despegar como debiera y se pierde dado que las tres mujeres en la vida de Lorenzo no logran redondear la faena con una buena actuación, eso sí en parte por el soso guión.
Aquí vemos a Adriana Louvier como la mejor de este trío de féminas, pero como el guión no ayuda, nunca logra despegar su actuación, más pareciera una "tonta útil" que una "dulce y cándida mujer". Nada que ver Carolina Tejera, el rol de mujer pérfida y maquiavélica le queda demasiado grande, hasta las escenas de amor con Yul Burkle lucen demasiado fingido.
Mención aparte merece la actuación de Andrea Montenegro, su rol de villana no convence, parece que estuviera declarando para las cámaras de televisión cuando estaba envuelta en escándalos personales, que actuar como una amiga traicionada y despechada que desea apoderarse de las empresas de Lorenzo. Mejor estuvo Andrea en "Milagros", ojalá mejore porque condiciones tiene.
Con Guillermo Pérez pasa lo contrario el rol del cándido Lorenzo le viene como anillo al dedo, por lo menos está mejor que en "Soledad" y su carrera actoral parece ir en ascenso. Por algo no deja de agradecer al Perú porque aquí encontró la oportunidad que esperaba.
Dentro del elenco todos mantienen un nivel irregular, salvo Milene Vásquez que en los pocos momentos que le toca actuar sobresale por su desenvoltura mientras que Camucha Negrete a pesar que vuelve a interpretar un rol parecido al que tuvo en "Pobre Diabla" nos convence y entretiene, esta bien como la ambiciosa "Emperatriz" capaz de todo por conseguir dinero y explotar a los empleados de su pequeña fabrica.
En suma se cumple con los pronósticos que se hizo sobre estas coproducciones de Iguana, están hechas para cumplir y lograr mantenerse dentro del negocio. Aunque nos falta ver otras producciones que hizo Iguana, sin embargo por los antecedentes que tenemos, son del mismo corte y del mismo nivel. Desde "Girasoles para Lucía" no hay un despegue en Iguana y la culpa está en no sembrar buenos actores aunque la disculpa eterna siempre será la poca actividad comercial que existe en el Perú y que hace que se busque en el extranjero lo que no existe en el país. Fácil salida, porque una chequeadita por los teatros limeños unida a una buena academia de actuación ayudaría para que se vea que material humano existe, claro, esto hay que buscarlo y posteriormente pulirlo. Fácil es encontrar chicos y chicas de Miraflores y San Isidro y luego de "previa preparación" ponerlos frente a la pantalla.
Esto tiene que acabar, a pesar de todo se siguen haciendo producciones y solo la competencia y el continuismo en el negocio telenovelero harán que esto, alguna vez, pueda cambiar.
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