DAME CHOCOLATE Y LOS CAMBIOS DE NIÑA A MUJER

Lima, 21 Diciembre 2008, (Richard Manrique Torralva - El Informante Perú).- Desde hace tiempo queríamos realizar este artículo, pero como siempre, la falta de tiempo y las otros ocupaciones que tenemos nos imposibilitaban, siquiera, escribir algunas líneas sobre esta producción de Telemundo. Claro está, ahora que el fin de año se acerca y ya en la redacción nos apuran porque se termina el 2008 y quedan aún por escribir sobre dos producciones más entonces tenemos que apurarnos. Así que, a trabajar.

"Dame chocolate" cuenta la historia de Rosita Amado (Génesis Rodríguez), una joven de buenos sentimientos e inteligente que creció en la villa de Xochilcacahuatel, pero con un rostro poco agraciado, además de una nariz casi deforme, y de Bruce Remington (muy bien Carlos Ponce), heredero de una fábrica de chocolates que está al borde de la quiebra.

Su fallecido abuelo, "Juan Amado", "El Rey del Chocolate" (Héctor Suárez), le ha dejado como herencia el secreto de su receta secreta maya, la cual lleva a Florida, junto con su tía abuela "Dulce" (María Antonieta de las Nieves), su tío "Diosdado" (muy bien Ricardo Chávez) y un grupo de otros toscos familiares, para cumplir con el último deseo de su abuelo.

Al poco tiempo se enamora perdidamente del apuesto fabricante de chocolates Bruce Remington (muy bien Carlos Ponce), heredero de la fortuna de "Chocolate Supremo".

Su inescrupulosa madre -e hijastra del abuelo Juan- "Grace Remington" (Kristina Lilley) está detrás de la receta secreta de "Rosita" y acuerda una infame alianza con la amante de "Bruce", "Samantha Porter" (Karla Monroig).

Aunque "Bruce" finalmente se enamora de "Rosita", su madre está dispuesta a destruirla. Ahora "Rosita" no sólo debe confrontar a "Grace Remington", sino también a "Ángel Pérez", un peligroso hombre de su pasado que continúa siendo una amenaza. Pero ninguno puede competir con fuerzas que guían su destino: el amor y el chocolate.

"Dame Chocolate" fue filmada en Miami con una producción de Telemundo, la historia es original de Perla Farías y la dirección estuvo a cargo Luis Manzo.

La telenovela está enmarcada en dos partes bien delineadas. La primera empieza con la llegada de los Amado a la casa de los Remington llevando consigo la receta del chocolate hasta la muerte de Samantha para luego, de alguna manera, dar un giro a la trama y regresar a Rosita de su presunta muerte para reaparecer cambiada completamente, convertida en una mujer bella, tras una operación fingiendo ser una joven llamada “Violeta Hurtado” con lo cual prepara su venganza contra los Remington.

La historia gusta por el constante suspenso que brinda con el correr de los capítulos a pesar de comenzar muy irregularmente. El ingreso de los Amado a casa de los Remington en medio de diálogos que combina el drama con la comedia es muy parecido a “Los Roldán” (Telefé-2004) esa irregular serie argentina que tanto gustó en algunos países además de tener varias versiones tan disparatadas como intrascendentes.

Y es que “Dame chocolate” toma algunos momentos de otras telenovelas para plasmarlo dentro de su guión. La historia comienza a decaer cuando, al mejor estilo de las telenovelas lacrimógenas, presenta un presunto “cambio físico” en Rosita Amado, tan patético que más de uno ya empieza a querer cambiar de canal. No obstante si su interés se mantiene es que presenta un giro muy interesante con la muerte de Samatha (Karla Monroig), y la posterior aparición de su hermana gemela (Débora), además de centrar la historia en el verdadero tema por el cual debe girar la vida de estos protagonistas, la receta secreta del chocolate.

Pero, lo que más nos mantiene pegado al televisor es el gran refuerzo que tiene la libretista en tener “una gran pareja suplente” que muchas veces pasa a ser la titular de la historia. Y esa es la historia de amor entre Julia y Diosdado (muy bien compenetrados Ricardo Chávez y Jullye Gilberti), la pareja sufre, siente y apela al dramatismo puro y logra que su historia sea de lo más creíble y hasta opaque en algunos capítulos a los protagonistas. Gilberti es muy bella y luce como toda una revelación. De alguna manera es el refuerzo perfecto para que la historia de Rosita y Bruce funcione.

Si la historia de Rosita Amado decae por momentos es por la exagerada combinación que utiliza la libretista para complementar su historia. Por allí vemos algunos extractos de “Rina” (Televisa -1977) y “Pobre Clara” (Televisa- 1975); sobretodo cuando le inventan una deformidad que realmente no luce tan “horroroso” como lo pintan. Más impacto causaba observar la joroba de Ofelia Medina en “Rina” o la fealdad de “Clara” (inolvidable esas prominentes cejas unido al vestido de luto que “lucía” Celia Castro) en esas inolvidables telenovelas mexicanas.

Mención aparte merece la actuación de Génesis Rodríguez a quien los productores la hacen crecer “a la fuerza”. La “niña” nos impresionó cuando la vimos actuar en “Prisionera” (Telemundo 2004). Es más, consideramos que es la mejor actriz juvenil de todas las que hemos visto pasar en las producciones de dicho consorcio. Pero aquí, por exigencias del guión crece a ritmo acelerado. Mucho nos recuerda los inicios de Victoria Ruffo cuando, a partir de “Juan Iris” (Televisa-1985), comenzó a “envejecer prematuramente”, encasillándola en papeles de mamá cuando aún era jovencísima con hijos que muchas veces tenían su misma edad.

Felizmente a Génesis no la hacen “envejecer mucho”; no obstante se siente la diferencia cuando imposta dolor y sufrimiento al enfrentarse a un Carlos Ponce (con más experiencia) en la segunda parte de este melodrama que se consolida por las variantes que se le da a varios de sus personajes y porque la intriga y suspenso no decae en ningún momento.

Dentro de las actuaciones sobresale Carlos Ponce quien se consolida como galán. Demuestra porte y talento para la actuación. Ricardo Chávez y Jullye Gilberti fenómenos en su gran historia de amor mientras que el refuerzo actoral que le imprimen doña María Antonieta de la Nieves y el gran Eduardo Serrano que parece no querer envejecer (está casi igual como cuando lo veíamos en “Esmeralda” o en “Amazonas” y los años pasan, pero Serrano se conserva bien). Mientras Kristina Lilley siempre ofreciendo caracterizaciones aceptables en cada producción que participa.

Sin duda, “Dame chocolate” es una historia de enredos, transformaciones, ilusiones, venganza, amor, desamor, pero ello es para nada intrascendente. Por lo menos entretiene y eso es regla principal dentro de toda producción. Aquí en el Perú su emisión no fue para nada desapercibido.
(*)(rmanrique@elinformanteperu.com)