MI PROBLEMA CON LAS MUJERES: PSICOANALISIS TELEVISIVO
Lima, 02 Mayo 2007, Richard Manrique Torralva / El Informante Perú.- Se viene emitiendo la primera propuesta televisiva de Frank Pérez Garland titulada “Mi problema con las mujeres”, la misma que motiva más de un comentario, no solo por su produccción, sino también por la escasa sintonía que obtiene y por los inapropiados comentarios de algunos integrantes del elenco, todo porque la sintonía le es esquiva y el público prefiere ver a Magaly Medina o alguna otra propuesta más atrayente que observar esta comedia que tiene algunos ingredientes más para cine que para ser una miniserie de 21 capítulos que intenta competir con los otros canales y encima en horario estelar. Veamos porque:
La historia nos presenta a José (irregular Giovanni Ciccia) un soltero joven, de posición económica solvente y enemigo de la rutina, que acepta someterse a una terapia recomendada por su psicólogo para poder superarlas. (Demasiado estático y encima totalmente desperdiciado el maestro Alberto Isola). A partir de entonces, cada una de las sesiones se convierte para José en una catarsis reflexiva acerca de su complicada vida afectiva.
De esta manera la productora JC Films plantea una historia a partir de las vivencias de José con Pamela (Irregular Vanesa Saba), Caro (solvente Gianella Neyra) y Sol (dulce Rossana Fernández Maldonado) presentándonos interrogantes, inquietudes, incertidumbres y dudas alrededor de su inquietante vida de la cual también participa, su compañera de trabajo, Adriana (irregular Melania Urbina) y su mejor amigo Ernesto (muy bien Paul Vega).
Tenemos entonces al grupo emblema del director, un conjunto de buenos actores, todos con telenovelas, series y películas en su haber, los mismos que pueden llevar adelante cualquier producción sin ningún problema, sobretodo en un guión muy difícil como este. Ya que debemos empezar este análisis partiendo de la premisa de lo difícil que significa llevar adelante este tipo de comedias pues se debe complementar las situaciones jocosas y los conflictos existentes dentro de una historia que debe tratar en lo posible de no mostrarse tan ficticia ni irreal.
Y ese es el problema de la serie pues las situaciones del personaje principal en la cual gira toda la trama, a duras penas, provoca una sonrisa ni mucho menos nos sentimos atraídos por una historia demasiada impostada y para colmo con varias escenas totalmente previsibles.
Y es que “José” pretende a través de una especie de “psicoanálisis televisivo” mostrar que es una persona con mucha suerte con las mujeres, pero que tiene un problema que le impide mantener una situación estable con alguna de ellas. El problema es que la historia se enreda sola y vuelve sobre lo mismo y ni siquiera da alguna pista sobre que es lo que realmente le sucede a este “pobre personaje” que, para colmo, no tiene alguna característica peculiar que lo haga atrayente para la teleaudiencia.
Recordamos muy pocos personajes parecidos que hayan salido airosos en series o novelas. Solamente se nos ocurre recordar, por ejemplo la producción mexicana “Mi rival” (producida en 1973, pero emitida en la televisión peruana en 1978) que marcó el primer estelar de Saby Kamalich en México, luego de “Simplemente María”, allí muy aparte de la historia que se divide en dos etapas, nos interesó el personaje de “Jorge Layos” interpretado brillantemente por Enrique Álvarez Félix, que encarnaba a un mujeriego empedernido y al que el actor le otorgó características importantes como la manera de caminar, su estilo al peinarse y la forma de seducir a la pareja de turno, vale decir esos estilos “propios y personales” que buscan que el público saque su conclusión en torno al personaje y lo considere atractivo dentro de la trama.
Aquí “José” es un tipo sin una característica definida, desabrido, poco atractivo y sin ninguna “cualidad especifica” que le permita mostrar esa relación tan peculiar con las mujeres, sin contar que un personaje con treinta años para arriba resulta poco interesante, sobretodo para el sector femenino, que es a la larga la que decide si se cambia o no de canal.
Por eso algunos se atreven a decir que estamos ante una serie totalmente elitista y ¿porqué ello? Sencillamente porque las situaciones de “José” dentro de una oficina de San Isidro o Miraflores, tomando un pisco sour o algún trago exótico y desconocido para las mayorías, bailando en una discoteca de Larco Mar, teniendo problemas solo consigo mismo y en situaciones irrisorias y tontas, con dejos y tic al estilo “osea, pues”, hacen que más de uno piense que esta producción es solo para “un grupito y no para las mayorías” provocando el enojo de algunos actores que piensan que se les ve como “pitucos en busca de fama” y todo eso es porque la historia gira en torno a un pequeño grupo con características tan intrascendentes que provocan que uno se pare y cambie de canal para observar mejores historias como las que presenta Magaly Medina, por ejemplo, que muestra los problemas que pasa la cantante criolla Lucia de la Cruz en torno a la situación con la “amiga” de su pareja que está embarazada. Pues estos temas como diría “Nino” son “las cosas simples de la vida” y eso es lo que busca el gran público algo que siquiera lo identifique y no tener que ver a un “patita” enredándose consigo mismo y para colmo contando una historia que muchos debemos "tratar de decifrar".
Cuanta razón tenían algunos productores cuando nos comentaban que el problema con las miniseries es que se filman tan rápido y en tan corto tiempo que no hay lugar a enmendar algunas cosas. Recordamos cuando en los noventa Humberto Polar producía “Canela” y tenía al frente a Michel Gómez y algunas de sus novelas símbolo. La sintonía decaía, en parte por la torpeza de la producción en no incluir un villano que atrape a la audiencia, Polar enmienda la plana y cambia toda la historia (debido a que solamente tenía “un colchón” y los capítulos por filmar todavía eran muchos) y nos presenta una historia más interesante aunque la sintonía jamás fue la misma. Lástima que aquí ya no hay forma de enmendar nada, por ello es que la hora en que dura la producción resulta interminable en parte por la secuencia de las consultas de “José” ante un seco y estático psicólogo cuyos diálogos son de lo más aburridos y hasta insoportables (¿Qué hace allí, maestro Isola?).
La cinta pretende ser un calco de alguna serie norteamericana, pero en verdad el escaso argumento y la poca inclusión de historias paralelas (las pocas que existen son tan desabridas como la del protagonista) pues resultan poco atrayentes para un público masivo, compuesta en su mayoría (no hablemos de clases sociales para que no se molesten) por personas que desean relajarse un poco, entretenerse y no tener que pensar mucho en lo que la historia le muestra, desean simplemente observar una historia mejor narrada y con personajes cuyos problemas se muestren “interesantes” a los ojos del televidente. Por eso, es que muchos se entretienen con los chismes que muestra Magaly Medina (su más dura competidora), porque los golpes y entredichos entre la farándula, hacen que, a la larga, el público se identifique con ellos, hay infidelidad, ambición, golpes, penas, tristezas, odios y todo ello protagonizado por dos personas que defienden su verdad teniendo al chisme como el eje principal y en medio de situaciones que hasta resultan jocosas. Vale decir toda una “novela real” que gusta y hasta entretiene. Por eso también fue éxito las series de Dina Paucar, Chacalón y la Gran Sangre, ya que mostraron historias simples y extraídas de la vida misma.
Pero volvamos a la serie, las actuaciones son muy dispares, encima hay algunos que están mal seleccionados en los personajes que les corresponde como Vanesa Saba en el rol de “Pamela”. Los únicos que salen airosos son Gianella Neyra, fresca y espontánea en un rol intrascendente, pero que la actriz sabe sacar adelante (sin duda la experiencia de trabajar en comedias de este tipo en Argentina, le ha servido bastante) y eso es por demás meritorio, lo mismo que Paul Vega muy bien como “Ernesto” siendo él mismo y no emulando a ningún personaje de alguna serie enlatada.
Es hora que nuestros productores comprendan que las historias, mal que les pese, deben ser más novedosas. Aquí está en juego el profesionalismo de aquellos que producen este tipo de series. Las palabras están demás. Por ello “Capitán Pérez” apabulló a Magaly con un producto novedoso y atractivo. Aquí nadie “va inventar la pólvora”, todos sabemos lo que las mayorías desean ver. No podemos despotricar de nuestro público por el hecho de que nos es esquiva la sintonía, ni criticar a las encuestas, a pesar de su serio cuestionamiento. Tal vez esta historia hubiera ido mejor si hubiera sido llevada al cine, pues mejor condensada sería una atractiva propuesta que mostrarla aquí en televisión donde sus competidoras se las llevan de encuentro y eso obliga a todos los productores por igual a esforzarse más, pues el horario estelar de las nueve de la noche en Frecuencia Latina destinado a las producciones nacionales peligra, debido a que las últimas producciones no han tenido los resultados que se esperaba y eso por más que digan lo contrario es sinónimo de “replantear estrategias o mostrar otras propuestas" como series o enlatados extranjeros, por ello "pónganse las pilas" amigos productores y directores, talento hay, falta ingenio y mucha imaginación, pues el horario estelar se vuelve cada más competitivo.
La historia nos presenta a José (irregular Giovanni Ciccia) un soltero joven, de posición económica solvente y enemigo de la rutina, que acepta someterse a una terapia recomendada por su psicólogo para poder superarlas. (Demasiado estático y encima totalmente desperdiciado el maestro Alberto Isola). A partir de entonces, cada una de las sesiones se convierte para José en una catarsis reflexiva acerca de su complicada vida afectiva.
De esta manera la productora JC Films plantea una historia a partir de las vivencias de José con Pamela (Irregular Vanesa Saba), Caro (solvente Gianella Neyra) y Sol (dulce Rossana Fernández Maldonado) presentándonos interrogantes, inquietudes, incertidumbres y dudas alrededor de su inquietante vida de la cual también participa, su compañera de trabajo, Adriana (irregular Melania Urbina) y su mejor amigo Ernesto (muy bien Paul Vega).
Tenemos entonces al grupo emblema del director, un conjunto de buenos actores, todos con telenovelas, series y películas en su haber, los mismos que pueden llevar adelante cualquier producción sin ningún problema, sobretodo en un guión muy difícil como este. Ya que debemos empezar este análisis partiendo de la premisa de lo difícil que significa llevar adelante este tipo de comedias pues se debe complementar las situaciones jocosas y los conflictos existentes dentro de una historia que debe tratar en lo posible de no mostrarse tan ficticia ni irreal.
Y ese es el problema de la serie pues las situaciones del personaje principal en la cual gira toda la trama, a duras penas, provoca una sonrisa ni mucho menos nos sentimos atraídos por una historia demasiada impostada y para colmo con varias escenas totalmente previsibles.
Y es que “José” pretende a través de una especie de “psicoanálisis televisivo” mostrar que es una persona con mucha suerte con las mujeres, pero que tiene un problema que le impide mantener una situación estable con alguna de ellas. El problema es que la historia se enreda sola y vuelve sobre lo mismo y ni siquiera da alguna pista sobre que es lo que realmente le sucede a este “pobre personaje” que, para colmo, no tiene alguna característica peculiar que lo haga atrayente para la teleaudiencia.
Recordamos muy pocos personajes parecidos que hayan salido airosos en series o novelas. Solamente se nos ocurre recordar, por ejemplo la producción mexicana “Mi rival” (producida en 1973, pero emitida en la televisión peruana en 1978) que marcó el primer estelar de Saby Kamalich en México, luego de “Simplemente María”, allí muy aparte de la historia que se divide en dos etapas, nos interesó el personaje de “Jorge Layos” interpretado brillantemente por Enrique Álvarez Félix, que encarnaba a un mujeriego empedernido y al que el actor le otorgó características importantes como la manera de caminar, su estilo al peinarse y la forma de seducir a la pareja de turno, vale decir esos estilos “propios y personales” que buscan que el público saque su conclusión en torno al personaje y lo considere atractivo dentro de la trama.
Aquí “José” es un tipo sin una característica definida, desabrido, poco atractivo y sin ninguna “cualidad especifica” que le permita mostrar esa relación tan peculiar con las mujeres, sin contar que un personaje con treinta años para arriba resulta poco interesante, sobretodo para el sector femenino, que es a la larga la que decide si se cambia o no de canal.
Por eso algunos se atreven a decir que estamos ante una serie totalmente elitista y ¿porqué ello? Sencillamente porque las situaciones de “José” dentro de una oficina de San Isidro o Miraflores, tomando un pisco sour o algún trago exótico y desconocido para las mayorías, bailando en una discoteca de Larco Mar, teniendo problemas solo consigo mismo y en situaciones irrisorias y tontas, con dejos y tic al estilo “osea, pues”, hacen que más de uno piense que esta producción es solo para “un grupito y no para las mayorías” provocando el enojo de algunos actores que piensan que se les ve como “pitucos en busca de fama” y todo eso es porque la historia gira en torno a un pequeño grupo con características tan intrascendentes que provocan que uno se pare y cambie de canal para observar mejores historias como las que presenta Magaly Medina, por ejemplo, que muestra los problemas que pasa la cantante criolla Lucia de la Cruz en torno a la situación con la “amiga” de su pareja que está embarazada. Pues estos temas como diría “Nino” son “las cosas simples de la vida” y eso es lo que busca el gran público algo que siquiera lo identifique y no tener que ver a un “patita” enredándose consigo mismo y para colmo contando una historia que muchos debemos "tratar de decifrar".
Cuanta razón tenían algunos productores cuando nos comentaban que el problema con las miniseries es que se filman tan rápido y en tan corto tiempo que no hay lugar a enmendar algunas cosas. Recordamos cuando en los noventa Humberto Polar producía “Canela” y tenía al frente a Michel Gómez y algunas de sus novelas símbolo. La sintonía decaía, en parte por la torpeza de la producción en no incluir un villano que atrape a la audiencia, Polar enmienda la plana y cambia toda la historia (debido a que solamente tenía “un colchón” y los capítulos por filmar todavía eran muchos) y nos presenta una historia más interesante aunque la sintonía jamás fue la misma. Lástima que aquí ya no hay forma de enmendar nada, por ello es que la hora en que dura la producción resulta interminable en parte por la secuencia de las consultas de “José” ante un seco y estático psicólogo cuyos diálogos son de lo más aburridos y hasta insoportables (¿Qué hace allí, maestro Isola?).
La cinta pretende ser un calco de alguna serie norteamericana, pero en verdad el escaso argumento y la poca inclusión de historias paralelas (las pocas que existen son tan desabridas como la del protagonista) pues resultan poco atrayentes para un público masivo, compuesta en su mayoría (no hablemos de clases sociales para que no se molesten) por personas que desean relajarse un poco, entretenerse y no tener que pensar mucho en lo que la historia le muestra, desean simplemente observar una historia mejor narrada y con personajes cuyos problemas se muestren “interesantes” a los ojos del televidente. Por eso, es que muchos se entretienen con los chismes que muestra Magaly Medina (su más dura competidora), porque los golpes y entredichos entre la farándula, hacen que, a la larga, el público se identifique con ellos, hay infidelidad, ambición, golpes, penas, tristezas, odios y todo ello protagonizado por dos personas que defienden su verdad teniendo al chisme como el eje principal y en medio de situaciones que hasta resultan jocosas. Vale decir toda una “novela real” que gusta y hasta entretiene. Por eso también fue éxito las series de Dina Paucar, Chacalón y la Gran Sangre, ya que mostraron historias simples y extraídas de la vida misma.
Pero volvamos a la serie, las actuaciones son muy dispares, encima hay algunos que están mal seleccionados en los personajes que les corresponde como Vanesa Saba en el rol de “Pamela”. Los únicos que salen airosos son Gianella Neyra, fresca y espontánea en un rol intrascendente, pero que la actriz sabe sacar adelante (sin duda la experiencia de trabajar en comedias de este tipo en Argentina, le ha servido bastante) y eso es por demás meritorio, lo mismo que Paul Vega muy bien como “Ernesto” siendo él mismo y no emulando a ningún personaje de alguna serie enlatada.
Es hora que nuestros productores comprendan que las historias, mal que les pese, deben ser más novedosas. Aquí está en juego el profesionalismo de aquellos que producen este tipo de series. Las palabras están demás. Por ello “Capitán Pérez” apabulló a Magaly con un producto novedoso y atractivo. Aquí nadie “va inventar la pólvora”, todos sabemos lo que las mayorías desean ver. No podemos despotricar de nuestro público por el hecho de que nos es esquiva la sintonía, ni criticar a las encuestas, a pesar de su serio cuestionamiento. Tal vez esta historia hubiera ido mejor si hubiera sido llevada al cine, pues mejor condensada sería una atractiva propuesta que mostrarla aquí en televisión donde sus competidoras se las llevan de encuentro y eso obliga a todos los productores por igual a esforzarse más, pues el horario estelar de las nueve de la noche en Frecuencia Latina destinado a las producciones nacionales peligra, debido a que las últimas producciones no han tenido los resultados que se esperaba y eso por más que digan lo contrario es sinónimo de “replantear estrategias o mostrar otras propuestas" como series o enlatados extranjeros, por ello "pónganse las pilas" amigos productores y directores, talento hay, falta ingenio y mucha imaginación, pues el horario estelar se vuelve cada más competitivo.
Comentarios
PERO PARA LOS QUE TENEMOS GUSTOS SELECTOS
ESTA SERIE...FUE GENIAL
UNA NOMINACIÓN AL EMMY NO ES COSA FACIL...
NI TAMPOCO EL HECHO DE QUE LA HISTORIA SERA PRODUCIDA EN OTROS PAÍSES...
Y ES VERDAD...EN PERÚ SERIES DE CALIDAD COMO ÉSTA NO PUEDEN PEGAR, POR NUESTRA POCA CULTURA...
INVESTIGE ENTONCES EL ÉXITO DE ESTA SERIE...AFUERA...
Y EL TALENTO ACTORAL NO SE MIDE CUANDO SE ACTUA PARA LOS RICOS O PARA LOS POBRES..
RESPETABLE OPINION...PERO ABSOLUTAMNTE NO COMPARTIDA