POR SIEMPRE MI AMOR: DISCRETA HISTORIA

Culminó en México "Por siempre mi amor" un remake de "Mi segunda madre" una historia que pese al buen desempeño de sus protagonistas no despegó como era debido.

Lima, 10 Mayo 2014, (Por: Richard Manrique Torralva / Especial para El Informante Perú).- Llegó a su final en México, "Por siempre mi amor", telenovela producida por Ignacio Sada Madero para Televisa, basada en una historia original de Abel Santa Cruz. Esta producción es una adaptación de "Mi segunda madre" una producción realizada en 1989 protagonizada por María Sorté y Enrique Novi, con la actuación juvenil protagónica de Daniela Castro, y las participaciones antagónicas de Fernando Ciangherotti y Alejandra Maldonado.

Esta nueva versión es protagonizada por Susana González y Guy Ecker, como protagonistas juveniles figuran Thelma Madrigal y Pablo Lyle, con las participaciones antagónicas de Dominika Paleta, Héctor Suárez Gomís y Lola Merino. Cuenta además con las participaciones estelares de Martha Julia, Alejandro Ruiz, Gabriela Platas, los primeros actores Ana Martín, Macaria, Humberto Elizondo y David Ostrosky.

Debemos señalar que "Mi segunda madre" fue un éxito de sintonía en México, Estados Unidos y algunos países de Europa, pero no las tuvo todas consigo en algunos países sudamericanos. En Perú, la telenovela fue transmitida por Frecuencia Latina en el horario de las 7 de la noche, pero tuvo regular aceptación. El tema original "Sola" interpretado por María Sorté, fue cambiado por la televisora peruana por el éxito de Ana Gabriel "Simplemente amigos" que sonaba fuerte, aquellos años, en las radios locales.

En líneas generales, diremos que a pesar de no constituir un clásico, la historia original fue bien producida con momentos intensos y actuaciones destacadas, por parte de la gran María Sorté, además de la entonces juvenil Daniela Castro quien empezó a encumbrar su carrera con esta telenovela.

LA HISTORIA

La trama prevalece al igual que su anterior antecesora. Arturo De La Riva (Guy Ecker), lleva 10 años de feliz matrimonio al lado de Eugenia, (Luz María Zetina), con quien tiene una hija, de nombre Aranza (muy bien Thelma Madrigal).

Sin embargo ellos no se imaginan que Sonia, (efectiva como villana, Dominika Paleta), prima de Eugenia, está obsesivamente enamorada de Arturo en secreto, pero este sentimiento la llevará a provocar una terrible tragedia.

Mientras tanto, Isabel López Cerdán (muy bien Susana González) lleva dos años creyéndose casada con Fernando Córdova, (Héctor Suárez Gomís), a quien ama por encima de todo.

Eugenia fallece sorpresivamente a la par que Isabel descubre que Fernando es un estafador.

Tras estos golpes Isabel y Arturo son unidos por el destino en una paradisiaca playa de México, iniciando una relación que tendrá que librar distintos obstáculos como la manipulación que Sonia ejerce sobre Aranza para que no acepte a Isabel y la sed de venganza de Fernando.

DISCRETA HISTORIA

"Por siempre mi amor" es una telenovela que intenta cumplir con los cánones que debe tener este tipo de producción. Un guión que atrape, unas efectivas escenas y un elenco que no defraude. Sin embargo la historia sobre el enfrentamiento entre la hijastra y su madrastra no logra convencer debido al poco dramatismo que existe en varios capítulos. Además de abusar con la transición del tiempo dentro de la trama.

Uno de los factores por el que esta producción sale adelante, son las aceptables actuaciones de los protagonistas quienes tienen una presencia que sin ser destacable aporta al desarrollo de la trama. Es que tanto Ecker, González y Madrigal convencen, además de una maravillosa Martha Julia, Lola Merino, impecable como aquella desquiciada mujer que enloquece por amor, y una convincente Dominika Paleta, ya acostumbrada en papeles de este tipo.

El problema es que la producción luce excesivamente "pulcra" y demasiado correcta en sus guiones y escenas. Para colmo algunos momentos claves no tienen ese despegue melodramático que debe existir en guiones de este tipo. Por más que no defrauden los protagonistas resulta criticable que nunca exista un enfrentamiento efectivo entre González y Madrigal. Una cachetada imprevista, un insulto que duela, algo que nos saque de esa monotonía narrativa que vemos con el transcurrir de la trama.

Recordemos que la historia relata los enfrentamientos entre la hijastra y su madrastra. Ella se interpone en la relación de su padre con su nueva pareja quienes son impedidos de consolidar su felicidad. Lamentablemente no hay ese efecto-causa que logre una consolidación de la escena o los diálogos mostrados. Todo luce demasiado "obvio" y con historia paralelas en nada atractivas para reforzar ese sufrimiento por el que, se supone, pasa la pareja protagónica. Por ejemplo la participación de doña Ana Martin como la viejita motociclista encargada de "vigilar las calles", algo que puede agradar, hacernos sonreír, pero tan mal planteado que luce totalmente prescindible en su contexto.

Los inicios de la historia son flojos y de escaso interés debido al poco despegue del guión. Recordemos que en "Mi segunda madre" aún podíamos ver esos “largos diálogos” tan característico en telenovelas de antaño. Es que en melodramas de ese tipo es importante que la tragedia de “la madrastra” que no es feliz por la inexperiencia de la hijastra que sucumbe ante el plan de los villanos, sea observada en todo su esplendor. Lamentablemente ese escaso dramatismo unido a una ineficiente dirección de actores determina que las escenas pasen una tras otra, sin el efecto que tuvo la versión original. Eso sí, Thelma Madrigal cumple desde un inicio, con su rol, aunque su par infantil no fuera tan expresiva en escenas claves como en su fiesta de cumpleaños o en las mentiras que le incentiva la tía Sonia.

Estaba claro que esta telenovela debía tener diferencias con "Mi segunda madre", primero porque la historia original luce desfasada. Fue éxito en un momento donde el público se interesaba por los diálogos largos que posibilitaban que los momentos de ese odio-amor entre la hijastra y su madrastra rindiera los resultados esperados. Actualmente, ya con un público distinto, la trama carece de mayor audacia en sus escenas y una fuerza interpretativa en los momentos claves como sucedió por ejemplo en "Corona de Lagrimas" (Televisa-2013). Y eso señores, es un problema en la dirección y en los contenidos de esta nueva adaptación.

Por otro lado, a mitad de la telenovela, la trama se vuelve monótona. Las historias paralelas son demasiado conocidas y sus problemas no causan el mismo interés que el de los protagónicos. Incluso estas subtramas terminan sin contar con un nexo que una o influya en la trama principal.

Es el caso de la historia de amor entre Gabriela San Román (Martha Julia) y Bruno (Alejandro Ruiz) que parece extraída de la historia entre "Gracielita" y Adrián en "Esmeralda" (Venevisión-1970). Sin embargo en la trama creada por Delia Fiallo existía esa causa-efecto que termina por interesar a los televidentes. En cambio aquí, a pesar de la buena actuación de Martha Julia, la historia nunca despega como debiera.
Por otro lado, Héctor Suárez Gomís cumple con su papel, pero no impide que extrañemos a su clon Fernando Ciangherotti quien brillaba en la primera versión de esta producción mexicana.

Cuando llegamos a los capítulos finales es que la historia comienza con el despegue deseado. Lógico la trama opta por el desarrollo efectivo de escenas “para la platea”. El accidente de Isabel y su posterior secuestro por fin causa algo de interés, pero se mantiene esa carencia de diálogos melodramáticos y un efectivo remate que consolide la escena que muestran. Por ejemplo, Suárez Gomís pierde un ojo, pero en la escena nunca vemos ni un momento de esa "tortura".

Finalmente el tema central interpretado por David Bisbal,  "Para enamorarme de ti", gusta y encanta.

En resumen, "Por siempre mi amor" es una telenovela cumplidora, efectiva, pero nada más. Para nuestro gusto la historia luce demasiado rosa y con el irregular guión que tienen entre sus manos, ello pierde su esencia y todo luce como empezó.

(*) rmanrique@elinformanteperu.com
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