En la piel de Alicia: una agresión que marca una vida

Una de las historias más logradas constituyó 'En la piel de Alicia', una trama intensa donde se revelan todo tipo de inmundicias propias de nuestra sociedad, violación, acoso, pedofilia, racismo y corrupción en un guión muy bien desarrollado.

Lima, 13 Noviembre 2019, (Por: Richard Manrique Torralva / El Informante Perú).- Se acabó "En la piel de Alicia" que ha resultado toda una sorpresa dentro de las producciones que, generalmente, presenta Michelle Alexander. Antes de iniciar nuestro comentario, debemos recordar lo que hemos dicho, una y otra vez: "Solamente la continuidad de nuestras producciones nacionales permitirá una evolución positiva en los contenidos'. Lo que nos ha mostrado, con esta historia, el equipo de 'Del Barrio Producciones’ constituye un gran avance.

'En la piel de Alicia' es una telenovela peruana producida por Michelle Alexander (Del Barrio Producciones) para América Televisión. La historia está protagonizada por Ximena Palomino, Érika Villalobos y Bruno Odar; con las participaciones antagónicas de Andrés Vílchez, Javier Valdés, Martín Velásquez, Gonzalo Molina, Norka Ramírez, y Alberick García.

Cuenta además con las actuaciones estelares de Nicolás Galindo, Luis José Ocampo, Karime Scander, Ivanna Vernal, Cielo Torres, Bernardo Scerpella, Carlos Victoria, Muki Sabogal, Óscar Carrillo, Liliana Trujillo, Vanessa Saba, Brigitte Jouannet, Sandro Calderón, Juan Carlos Pastor y la primera actriz Haydeé Cáceres.

Los libretos están a cargo de Rita Solf con el aporte de Abel Enríquez y Tito Céliz, basada en una hecho real.

La historia

Todo es felicidad en la casa de Alicia Huayta (Ximena Palomino). Su madre, Norma Izquierdo, (Érika Villalobos) ha encontrado la estabilidad emocional al lado de su segunda pareja, Jaime Bueno (Bruno Odar). Ambos tienen una hija, la pequeña "Lucy" (Ivanna Bernal). La familia se completa con la inquieta Julia (buen debut de Karime Scander). Las dos adolescentes mayores son hijas de Norma, fruto de su primera relación con Walter Huayta (otra vez interpretando un papel, con las mismas características, Alberick García), un sujeto irresponsable y muy aprovechador.

Alicia es una linda joven de 18 años, campeona de natación, lleva una vida sana y es muy feliz. Ese día, su familia celebra con sus amigos, el ingreso de Alicia a la universidad. Al finalizar la reunión Norma acude, como todos los días, a su centro de trabajo donde labora como enfermera, mientras Jaime autoriza a Alicia, salir y divertirse con sus amigas Rosita (Muki Sabogal) y Gina (Brigitte Jouannet) para celebrar sus logros estudiantiles, en una discoteca del lugar. Inicialmente Alicia no muestra mucho entusiasmo, finalmente acepta, sin presagiar lo que allí ocurrirá.

Antes de partir, Alicia decide terminar con su enamorado "Richie" (Luis José Ocampo). Ella tiene planes de terminar sus estudios y dedicarse a los proyectos que tiene en mente.

Pero esa noche marcará su vida. Alicia es víctima de una agresión sexual. Además fue brutalmente golpeada hasta dejarla al borde de la muerte. Ella es auxiliada por Héctor (muy bien Andrés Vílchez) quién la deja en el hospital y se retira sigilosamente.

A partir de esos momentos, Alicia, la protagonista de esta historia, será testigo de cómo su familia empieza a desmoronarse, sin embargo ella junto a su madre, tendrán que sacar fortalezas para recuperar sus vidas, pero ya nada será igual.

Violencia contra la mujer

La idea central de esta historia gira en torno a cómo una joven se sobrepone a la adversidad tras sufrir un abuso sexual. Pero, el tema va más allá, debido a que nos presentan el bajo mundo de la trata de personas y la pedofilia imperante en los puntos más altos de la política. A lo largo del relato, la idea central va disminuyendo en intensidad, para que las historias paralelas fluyan y tengan su cuota de relevancia, en esta trama, que termina interesando por la fuerza de un guión, pese a todo, bien estructurado.

Sin duda, el tema de la violencia contra la mujer ha sido retratado, muchas veces, a lo largo de la historia de las telenovelas. No obstante, pocas veces una violación ha sido el tema central dentro de un relato. Este tipo de temas, por obvias razones, no eran tratados tan crudamente.

Fue a mediados de los ochenta cuando Delia Fiallo escribe su título más polémico: "Leonela" (RCTV. Venezuela. 1983). La protagonista es violada por un sujeto en estado de ebriedad. Ella queda traumada y su vida se cae a pedazos. Lo polémico vino después. Se casa con su violador.

En esos tiempos aún había reparos por tocar temas tan espinosos. Delia Fiallo fue más allá, quiso mostrar un relato tan sensible agregando un romanticismo, tal vez poco creíble, a un hecho desgarrador que sensibilizó a muchos. La historia original no se emitió en varios países. Con los años fue aceptado como parte de una historia rosa y nada más. Tiempo después, el convivir día a día con este tipo de realidades permitió que realizadores más audaces sientan la necesidad de mostrar el sentimiento y humillación que siente una mujer sometida a este tipo de vejaciones. Así nace, ¿Qué culpa tiene Fatmagül? (Turquía. 2010), la historia de Fatmagül Ketenci, violada por varios sujetos y despreciada por una sociedad hipócrita que conmovió a muchos. La muchacha denuncia a sus agresores y los lleva a juicio. Paralelo a ello, el carácter violento del novio de ella, celoso y vengativo, voltea la historia y la hace más apasionante. La protagonista ya no tendrá, solamente, que enfrentar a su pasado, también a su presente; debido a lo irascible que resulta aquel hombre a quien quiso tanto y al que ya no puede reconocer.

Es importante mencionar que, antes de la realización de esta producción turca, nadie había tocado el tema de la agresión sexual, las consecuencias que traería a la víctima, sus agresores y todos los demás involucrados en este tipo de violencia doméstica.

Estas dos historias son las que más se han acercado a este tipo de temas. Por cierto, hoy en día, todo ha cambiado y por los tiempos que vivimos, esto lo observamos casi a diario en series sociales como 'La Rosa de Guadalupe' (Televisa. 2010)

Tampoco podemos dejar de resaltar que este tipo de temas también eran tratados de manera circunstancial dentro del guión de una historia sentimental, como un aporte narrativo que logre aumentar el interés del televidente en determinado momento de la trama. De esto último, recordamos 'Lucía sombra' (Telesistema Mexicano. 1971), una mujer ciega de nacimiento quién, dentro de todas las vicisitudes que tiene que pasar, una noche es violada por un desconocido. Durante varios capítulos uno no sabe de quién se trata. El problema se empeora porque Lucía queda embarazada. Se sospecha de todos. Por supuesto, eras otros tiempos, el acto fue mostrado casi a oscuras, el director lo dejaba a la imaginación del televidente. El hecho aumentó el interés de sus miles de seguidores. También se rememora "Amor de nadie" (Televisa. 1990), una historia escrita para el mayor aprovechamiento escénico de su estrella, la bella Lucía Méndez, quien es 'vendida' de adolescente a un aprovechado anciano quién la hace su mujer a la fuerza. Posteriormente, ya adulta, es violada por su propio suegro. Toda una gama de 'tragedias' que vive la heroína de esta lacrimógena historia.

Un delito que marca una vida

'En la piel de Alicia' es una historia netamente localista (característica fundamental en las producciones de Michelle Alexander). La historia 'es vendida' como parte de la vida real, en el capítulo final se rinde homenaje a Eyvi Ágreda, una víctima del abuso contra la mujer, una muerte que conmovió a los limeños. Lo crucial, en este relato, es que fácilmente nos compenetramos con su trama, un punto a favor son sus muchas escenas en exteriores, un barrio popular al pie de los cerros (aquí se llama Villa Victoria) donde la mayoría de personajes conviven. Cómo, de antemano, sabemos lo que ocurrirá, producto de la publicidad, todos esperamos lo inevitable.

No importa el inicio de la telenovela, el conocer a los personajes ni la aureola angelical con la que se muestra a la protagonista (dulce, inocente, deportista e inteligente). La historia ‘real’ comienza con la agresión. Ahí se marca un antes y un después. La guionista lo entiende así, por eso son pocos los minutos que tenemos que ver a unos personajes demasiado opacos y unos actores juveniles poco convincentes. A partir de la entrada de Alicia a la discoteca, ya existe un sentido narrativo que mostrar, baile, desenfreno, drogas y hasta cuatro posibles agresores. La escena es efectiva, pero no impactante. No existe rotura de vestidos, golpes previos al acto sexual, risas desquiciadas, todo lo que uno ha observado en temas de este tipo. Pese a todo, la intriga por saber que ocurrió y quién es el agresor, enciende el interés del televidente.

Es claro indicar, que el inicio de la historia, no es de lo mejor. Los jóvenes protagonistas no ayudan a compenetrarnos con la trama. Es la fuerza del guión, la que realmente origina el crecimiento y evolución de los personajes. Érika Villalobos y Bruno Odar, repiten nuevamente el papel de sacrificados padres. Ella aportando 'lágrimas' al drama que comienza a interesar a partir de la tragedia que envuelve a la protagonista.

Misterio sin resolver

Desde la brutal agresión a Alicia, el guión se eleva en intensidad. Una discoteca donde la droga corre como reguero de pólvora, unos asistentes con dispares intenciones, unas muchachas ávidas de diversión y un psicópata en busca de una nueva víctima.

Las consecuencias de dicha violencia, trae consigo la previsible etapa de la recuperación de la víctima y la venganza del padre. Paralelo a ello, el guión agrega dos historia paralelas que tienen como nexo unir a esta familia con más posibles agresores.

Si la familia de Alicia carecía de una mayor fuerza interpretativa, algunos componentes dramáticos en la historia logran mantener la atención y reforzar la trama. Aquí confluyen todo tipo de inmundicias propias de nuestra sociedad, violación, acoso, pedofilia, racismo y corrupción.

Así, observamos a Julia Huayta (Karime Scander, un buen descubrimiento de Michelle Alexander), la muchacha inmadura y coqueta, objeto del deseo de su profesor de colegio, Herbert Palomino (muy bien Rómulo Assereto), quienes merecían mayores escenas por la buena dupla interpretativa que ambos realizaban. El punto de elevación de esta parte dramática es el convencimiento que estamos ante un pedófilo enfermo y lleno de deseo por poseer a la frágil muchachita.

A diferencia de otras realizaciones de Michelle Alexander, esta vez las historias paralelas tienen una buena dosis de intriga y desarrollo narrativo, todas van llegando a su cierre respectivo con viajes o fugas imprevistas. Los conflictos y romances interesan, eso ayuda para bajar en intensidad la tragedia de Alicia, pero siempre actuando como nexo importante en el desarrollo del tema central, como el romance de Pachi con el oficial Joya (muy bien Cielo Torres y Juan Carlos Pastor) y la breve aparición de Walter Mayta (Alberick García), padre de las hijas mayores de Norma, así como los deseos malsanos del alcalde Rufino León en paralelo con la psicopatía de Héctor Hipólito.

Pedofilia y política

Lo mejor de esta historia son las sorpresas que nos brinda la autora, Rita Solf, en algunos momentos de su logrado libreto. El ingreso del exalcalde Rufino León (muy bien Javier Valdés) permite el nexo de la política con el sexo (trata de blancas y pedofilia). Lo importante, es que a diferencia de otros guiones presentados por Del Barrio Producciones, esta vez, los temas políticos, como siempre presente en las producciones nacionales, tienen similitud con la realidad actual y además no hay opiniones personalistas ni 'lecciones de vida', como en el pasado. Apenas un diálogo, amplio, sobre la corrupción que se combate en el país e inteligentemente se combinan diálogos y escenas entre la ficción y la realidad.

Un complemento importante son las buenas actuaciones de dos actores con trayectoria, Javier Valdés y Antonio Arrué, bien compenetrados en sus personajes. La escena en que el exalcalde llega a la casa de Norma y conoce a Julia observándola con lascivia y deseo, es muy logrado. El final para estos personajes resulta imprevisto, una pena que Vanessa Saba no haya estado a la altura de las circunstancias. El momento en que se destapa los orígenes de Ángel Escalante (Nicolás Galindo) requería de una mayor compenetración con su personaje.

Un agresor con historia

Si Héctor Hipólito no es el villano principal, se debe a que la historia nunca se centra en la vida de la blonda Alicia. Si bien la agresión sexual está presente, las investigaciones en torno a dichos sucesos decaen en varios capítulos. Si no cambiamos de canal se debe a los actos mafiosos del exalcalde y sus socios. Con ello se logra el interés deseado por saber, entre otras cosas, el significado de 'los bocaditos'.

No obstante, debemos agradecer a la autora del libreto por mostrar el perfil psicológico de Héctor y los orígenes que conlleva a esa ira y violencia contenida en este desquiciado joven muy bien retratado por Andrés Vílchez. ¡Quién dice que no existen galanes con talento!. El muchacho es un buen prospecto actoral. A diferencia de los patriarcas de la familia Huayta, los conflictivos jefes de familia de los Hipólito Pacheco, compuesto por Oscar Carrillo y Liliana Trujillo engrandecen la trama. Qué bien se ven, a ambos, en cuanta historia les toque interpretar juntos. No desentonan en lo absoluto. Todo lo contrario. Sin duda, Andrés Vílchez, tiene un gran soporte en estos talentosos actores.

La muerte del capitán Juan Hipólito (intensa actuación del gran Oscar Carrillo) es otro de los momentos más interesantes, pese a la incongruencia de la escena (Alessandro amenazando a todos y disparando a su padre ,cuando atrás de él, están todos los efectivos policiales, de lo más estáticos, quienes por sus rostros parecen esperar el clásico ‘acción’ para recién desenfundar sus armas).

Lo malo, es que se desaprovecha el interés que genera el saber quién es finalmente el agresor de Alicia. Faltando 10 capítulos ya se devela al culpable. Para nuestro gusto, debieron esperar hasta los dos últimos capítulos para destapar toda la verdad. Igual sucedió en el pasado, uno recuerda lo sucedido en ‘Natacha’ (Perú. Panamericana Televisión. 1990) cuando el productor Humberto Polar y el libretista Fernando Barreto tiraron ‘a la borda’ el guión cuando destaparon, antes de tiempo, las maldades de Elvira, la villana de aquella telenovela. Aquí no sucede lo mismo, debido a la intensidad por conocer el final de los otros magníficos villanos, (el alcalde y su socio), equiparando la historia e inyectando más suspenso a la trama.

Final con estilo

Pese a todo, 'En la piel de Alicia' convence, atrapa, interesa, un ejemplo de cómo un buen guión puede esconder detalles técnicos e irregulares actuaciones.

Por cierto, hay una cosa que reprocharle a Michelle Alexander, la canción ‘Tú me haces más fuerte’ en la voz de Andrea Torres y la orquesta Papillón es un boom y una buena cortina de presentación para una historia arriesgada que describe esa violencia diaria que existe en nuestra sociedad y las dificultades para lograr justicia. Un tema tan bien interpretado merecía una entrada oficial para una producción que promocione debidamente sus buenas realizaciones. Es justo que sigamos reclamando que las telenovelas nacionales deben contar con una presentación inicial, tan igual como las que existen en las producciones internacionales. No importa que no las programen diariamente, es una forma de promocionar no solamente la historia, sino mostrar el talento actoral y técnico y no mantenerlos relegados, casi en forma minúscula, en la parte de abajo de la pantalla, al inicio de cada capítulo.


Culminó 'En la piel de Alicia' y nos deja un sabor agradable. En tiempos de violencia y corrupción, constituye una historia diferente, valiente y provocadora que termina demostrando que los contenidos pueden ser mejorados merced al talento y la creatividad. Ahora bien, la trama le debe mucho a 'Los de arriba y los de abajo'. (Perú. ATV. 1993), producción que inició este tipo de guiones en donde se combina realidad social y política. Pese a todo, el producto es muy logrado, felicitaciones a Michelle Alexander, Rita Solf y Del Barrio Producciones, junto a ‘Valiente amor’ (Perú. América Televisión. 2016), esta telenovela pasa a ser otra de las producciones más logradas, en el género dramático, por este grupo de realizadores peruanos.

Comentarios

Contratar a Los Palmeras ha dicho que…
Se lee una historia realmente intensa y conectada con la lucha de las mujeres hoy dia!

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