Luz de Luna 2: Cuando los actores de reparto se apoderan de la historia

Culminó la segunda temporada de "Luz de Luna" confirmando el buen complemento actoral de la segunda pareja en importancia (que merecía el protagónico) unido a la increíble fuerza antagónica allí reunida.

 Lima, 27 Noviembre 2022, (El Informante Perú).- Culminó "Luz de Luna 2" con mucho efectismo, un drama casi lacrimógeno y una nula participación de la pareja principal. Atrás quedaron todos los complementos artísticos que los protagonistas deben contar para enganchar al público. 

Pese a todo siguió siendo la favorita en el horario estelar. Ya hemos dado nuestra opinión: Cuando una producción corre sola, sin competidores que le hagan sombra, tiene la audiencia casi asegurada. 

Esto, de ninguna manera le quita los varios méritos que, sin duda, tiene una producción que terminó enganchando a los televidentes gracias a unos villanos destacables y una pareja secundaria (Mabel y Marvin) que merecían ser los protagonistas.

Desde meses atrás, ya se preveía que "Luz de Luna 2" continuaría con una tercera temporada. Los cambios y acomodos dentro de la trama permitían establecer que eso se produciría. 

Luz de Luna 2 constituye la continuación en su segunda temporada de esta historia protagonizada por André Silva y Mayella Lloclla; junto a Vanessa Silva, Naima Luna y Nicolás Galindo. Es producida por Michelle Alexander para Del Barrio Producciones.

La historia continua 

Luego de tantos sinsabores, León Zárate más conocido como el León de la Cumbia (André Silva) se encuentra en la mejor etapa de su vida, contraerá matrimonio con la abogada Alma Hermoza (Vanessa Silva). Toda marchaba bien, hasta que don Ciro (Alfonso Santisteban) en plena boda le informa que Alma no acudirá a la ceremonia. El cantante no lo puede creer, cuando creía que finalmente había encontrado la felicidad le llega este tremendo impacto sentimental, el corazón de León queda devastado cayendo en una profunda depresión, perdiendo la magia y la pasión por la música, además de las ganas de volver a enamorarse. Alma decide abandonarlo a último momento en el altar y el cantante llora amargamente su desgracia.

Al ver la triste situación en que se encuentra su padre, Luz decide escribirle una carta a su mamá “al cielo”, para pedirle que su padre pueda enamorarse nuevamente y recobre las ganas de vivir. Es allí donde aparece Bella (Mayella Lloclla), la niñera que llega a la casa de León para cuidar a su pequeña.

Los verdaderos protagonistas


La ficción, escrita por Yashim Bahamonde y dirigida por Michelle Alexander tiene una continuación, tantas veces vista y siempre aceptada, aparentemente la huida de Alma no tiene un sentido lógico dentro de la trama. A partir de ese inicio uno ya podría hacer conjeturas que la historia tendría probablemente una continuación.

Pronto, los villanos comienzan a apoderarse de la historia. La inclusión de Laly Goyzueta como Patricia, la madre de Eus (Nicolás Galindo) refuerza los conflictos, mientras José Luis Ruiz (Chubi), se consolida en su personaje. Así haya pasado al bando de los buenos, este personaje encandila a los televidentes dentro de la historia. Sin duda, Chubi, merece una serie policial protagónica (¡ojo Michelle Alexander!). El perfil del personaje y su presencia imperturbable, reservada, firme en sus convicciones aunque implacable en sus decisiones, lo convierte en un personaje a seguir, pese a que haya cerrado esta segunda temporada con un "atentado al borde la muerte", no creemos que Michelle Alexander deje “escapar” uno de los personajes más sólidos dentro de la trama. 


En una ficción que, se supone, debe contar con ingredientes románticos dentro del melodrama para reforzar el hilo conductivo de la historia, nos encontramos con el León de la Cumbia, más solitario y dubitativo que de costumbre, los guionistas nos revelan un abandono no justificado, incierto y limitado en su argumento narrativo.

Esto permite que los villanos terminen imponiéndose dentro de la trama, mientras León Zarate sigue llorando y protagonizando problemas poco atractivos, la pareja presidencial y los conflictos políticos que envuelven su círculo, resulta más atractivo que la historia del protagonista.

Mientras la producción justifica la salida de la venezolana Vanessa Silva como una "renuncia por motivos personales", pronto nos colocan a Mayella Lloclla como la nueva pareja del León de la Cumbia. Desde su ingreso, la poca química actoral entre ambos se deja traslucir. Su llegada como niñera de la pequeña Luz (Naima Luna), y el aparente encuentro entre ambos no logra el efecto deseado. El guionista nos presenta la causa y el efecto que provoca ese primer encuentro que marcará el inicio del romance. Ella abre la puerta y se encuentra, mirada a mirada con su ídolo y amor platónico. Bastaría con recordar, por ejemplo, a Valeria (Angelica María) y su encuentro casual con Juan Francisco (Ricardo Blume) en el aeropuerto de México (Muchacha italiana viene a casarse. Televisa 1971). Ella lo mira con esa admiración que provoca sentimientos encontrados mientras él pasa con indiferencia por su lado. Son momentos, escenas que dan inicio al desarrollo narrativo rumbo al romance final. Tampoco podemos dejar de evocar Cristal (RCTV 1986) cuando Cristina (Jeannette Rodríguez) en plena pasarela posa sus ojos en Luis Alfredo (Carlos Mata), ambos encuentran sus miradas, el uno al otro, al compás de una música incidental apropiada que permita al televidente comprobar que esa es la pareja protagónica a seguir durante el desarrollo de la historia sellando para siempre ese lado romántico necesario para el complemento artístico de la pareja y de la historia misma.

Nada de eso encontramos aquí. Mayella es una buena actriz, pero el guión la limita demasiado, en muchas escenas solamente la vemos como "un adorno" dentro de una conversación, ni siquiera su mirada, se supone romántica, logra convencernos en que ella es la pareja ideal para el cantante. 

La vuelta de Alma Hermoza (Vanessa Silva) se hacía necesario. Estaba más que cantado. Sin embargo, su presencia es relegada gracias a la producción, empeñada en alargar su trama y como es la característica de la productora, minimizando a los protagonistas cuando son ellos quienes deben ser los principales personajes desde donde gira todo el desarrollo narrativo. Ahora, Alma resulta la tercera en discordia. No hay enfrentamiento actoral ni una justificación coherente sobre su misteriosa desaparición. A partir de ese momento, quedaba confirmada que la historia tendría una tercera parte.

Mientras esto sucedía, tal como ya lo habíamos anunciado en nuestros comentarios sobre la primera temporada, los guionistas también concluyen que uno de los factores de su éxito fue la presencia de Daniela Feijoo (Mabel) y Marvin (Gustavo Borjas) quienes se apoderaron de la serie. Esta vez, con buen criterio, traen de vuelta a Marvin como un alma aún en el mundo terrenal. La copia es clara, una referencia concreta a “Ghost, la sombra del amor”, la película de 1990 del director Jerry Zucker protagonizada por Patrick Swayze, Demi Moore y Whoopi Goldberg. 

El aporte narrativo funciona, en parte a la buena química entre ambos actores, les enseñan a los protagonistas cómo se debe llevar un papel de este tipo. Nuevamente se consolidan dentro de la historia. Por su talento y química, ambos son los verdaderos protagonistas de esta serie. Esperemos que la productora general, a futuro, tome las decisiones correctas cuando elabore un nuevo casting. Ayuda mucho la estupenda canción de Nano Morris. (No Puedo Vivir Sin Ti), cada vez que Marvin y Mabel actuaban juntos el amor fluía, sin mucho dialogo, solo con simples miradas. En esta producción, existen escenas destacada que quedarán grabadas para la historia de las telenovelas (lástima las decisiones de convertir una historia de este tipo en serie con varias temporadas por venir). El momento de la muerte de Mabel y su llegada al mundo de los “no vivos”, la escena del entierro. El guionista parte de un hecho irreal y acierta merced al desarrollo del conflicto plasmado en escenas correctamente diseñadas, un buen aporte musical y unos actores espléndidamente caracterizados. Todo eso determina que la historia resulte, una fantasía creíble a los ojos del espectador.

Por otro lado, tan poco efecto causaba la pareja protagónica que durante varios capítulos, uno tranquilamente podía hacer zapping cuando actuaban León y Bella, para ver otra alternativa en nuestra televisión, solo uno volvía al canal cuando los villanos hacían de las suyas o las escenas de amor y desgracia aparecían en las vidas de Mabel y Marvin.

Gonzalo Molina (Carlos Manrique) lleva el papel atractivo dentro del grupo de políticos corruptos. Su final es sólido. Otro ingreso “cantado” es la aparición de la hermana gemela de Mabel como una religiosa sumisa (no sabemos si seguirá así en la tercera temporada). Michelle Alexander y su grupo de guionistas comprenden que sus personajes más importantes no pueden ser dejados de lado (el rating lo es todo). 

Otro aporte "fílmico" de esta segunda temporada es el primer atentado fallido del que es objeto Mabel a manos de Manrique. Ella en el automóvil de la periodista Diana Martínez (Maríajosé Vega), acuden a declarar en contra del mencionado abogado. Ramiro Zevallos (Óscar Carrillo) contrata a un sicario para que coloque una bomba en el auto de la periodista, Manrique impide ese atentado matando al sicario debido a que en el automóvil no solo se encontraba Mabel, también el hijo de ella. La escena es un calco de "Caracortada" del director Brian De Palma donde Tony Montana (Al Pacino) junto al hombre enviado por el narcotraficante Alejandro Sosa (Paul Shenar), tienen que eliminar a un periodista cuando se hallaba en su coche, sin embargo, Tony se niega a hacerlo, ya que en el vehículo del periodista se encontraban, además su esposa e hijos. Tras una discusión con el hombre de Sosa, Tony se enfurece y le dispara, arruinando la operación.

Las dos citadas referencias fílmicas y la muerte de Mabel, pese a que el personaje merecía contar con una escena más trágica; constituyen los momentos más destacados de esta segunda temporada, incluyendo el entierro de la víctima y su despedida con León.

Pese a todo, la historia está resultado más sólida en su contexto que otras producciones de la productora como "Mi amor el wachimán" (América Televisión. Del Barrio Producciones. Perú. 2012) por ejemplo.

Si "Luz de Luna 2" funciona se debe a que cuenta con uno villanos tan efectistas como malévolos. Aplausos para Nicolás Galindo como Eus de Souza, Gonzalo Molina como Carlos Manrique y Miguel Ángel Álvarez como Eusebio de Souza. Eso sí, resulta imperdonable los pocos momentos en que podemos apreciar el talento de Óscar Carrillo como Ramiro Zevallos.

Sin duda Michelle Alexander debe tener presente que los protagonistas, en su mayoría, deben contar con carisma y complemento actoral, que el público crea que entre ellos fluye amor. Es cierto, muchas veces no existe ni lo uno ni lo otro entre las parejas protagónicas (lo vemos en la última versión de "La Madrastra". Televisa 2022). Si no existe la tan ansiada química, esto debe ser reforzado con un guión más sólido que refuerce esos "detalles". Debemos recordar que León tenía mayor complemento actoral, primero con Luna, luego con Alma (tal vez el enganche estaba en la clásica figura del rico con el pobre, la bella rubia y el peruano humilde. Muy pocas veces en este tipo de libretos nos hemos encontrado con romances entre parejas de una misma condición social. Por otro lado, no entendemos el por qué colocarle a Mayella el nombre de “Bella”, al final de la segunda historia comprendimos la razón al conocer que su nombre completo era Bella Luna del Mar.

En suma, "Luz de Luna 2" refuerza aún más el concepto que las producciones nacionales continúan contando con televidentes ávidos por este tipo de contenidos. Claro, el hecho que no exista competencia que le haga frente hace que algunas licencias sean pasadas por alto. Con todo, Michelle Alexander muestra madurez en sus realizaciones. Esperamos la tercera temporada. Alguna vez el desgaste será más que notorio con lo que la despedida será inminente (¿Habrá Luz de Luna 4?).

Por supuesto, no compartimos este tipo de guiones por temporadas, lo importante es que la productora cumpla con sus televidentes y prosiga con su historia, sea buena, mala o irregular hasta que decida darle un final definitivo; no como ProTV que nunca ofreció la continuación de "Princesas" como se debía. ¡Una falta de respeto al público!


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