AMOR BRAVÍO: TELENOVELA QUE ATRAPA
Lima, 09 Diciembre 2012 (Por Richard Manrique Torralva / El Informante Perú).- Llega a sus mejores momentos, “Amor Bravío”, una producción mexicana que ya culminó en su país natal, pero tanto en el Perú como en sus emisiones a través del cable, están casi a la par, solamente difieren una de la otra con dos ó tres capítulos de diferencia.
“Amor bravío...cuando manda el corazón”, título original, es una producción de Carlos Moreno Laguillo para Televisa. La telenovela es la adaptación de dos historias, primero del clásico “De Pura Sangre”, de María Zarattini Dan, que fue protagonizada por Christian Bach y Humberto Zurita en 1985, y la otra basada en una historia libre de Martha Carrillo y Cristina García.
LA HISTORIA
Camila Monterde (siempre adorable Silvia Navarro) y Luis Del Olmo (Valentino Lanús) son una pareja ideal a punto de casarse, pero se produce un accidente de tráfico y él muere. Es entonces cuando Camila se va a vivir a “La Malquerida”, el rancho de su tío Don Daniel Monterde (Rogelio Guerra), para recuperarse de la pérdida de su prometido. Allí conocerá a Alonso Lazcano (muy bien Flavio Medina), un hombre ambicioso con el que terminará casándose, influenciado por su madre Isadora (Leticia Calderón) y Dionisio Ferrer (César Évora), cómplice de ambos, y poder quitarle el rancho a la que en teoría debía ser la heredera de la fortuna de Don Daniel.
Pero no es así, ya que cuando éste muere se descubre que la herencia no va a parar a Camila, sino a un desconocido Daniel Díaz Acosta (poco a poco consolidándose como galán, Cristian de la Fuente), un supuesto hijo suyo con una amante que tuvo años atrás. Ahora el objetivo de Isadora, Alonso y Dionisio es que Daniel nunca reciba su herencia, sino que sea Camila, por ello lo mandan matar en Chile, donde vive con su esposa Míriam Farcas (Lisset). Pero por error la que recibe la bala es ella, siendo Daniel el principal sospechoso del disparo, que, gracias a Abraham (Carlos Embry), el hermano de ésta, acaba siendo encarcelado injustamente. Daniel, durante una fuga masiva, escapa de la cárcel, con la finalidad de viajar a “La Malquerida” y vengarse de la que cree es la culpable de su desgracia, Camila. Daniel intentará hacerla pagar por todo lo ocurrido, sin saber que el objetivo de su venganza está equivocado y que no todo era como se lo hicieron creer...
TELENOVELA QUE ATRAPA
“Amor Bravío”, sigue los lineamientos antes expuestos en “La que no podía amar”, (Televisa. 2012). Su intriga y acción mantienen en vilo a los televidentes porque se combina el melodrama con el suspenso en forma eficiente.
La telenovela empieza de menos a más. El guión esta vez nos remonta a los orígenes del protagonista cuya trama empieza en Chile y culmina en México. Aquí, observamos que finalmente Televisa “amplía sus horizontes” y ya no solamente hace referencia a regiones de otro países sino nos presenta a sus habitantes de carne y hueso. En otras palabras, extranjeros, dentro de historias mexicanas y eso es un acierto porque permite tener un mejor concepto de la recreación del perfil del personaje protagónico que vive su tragedia en su tierra natal y lo termina en otro país. Así, nos encontramos en Chile con algunos actores mapochos donde las costumbres y referencias a dicho país le dan más realismo a la trama. Hacemos énfasis a ello porque recordemos que antes en México, muy pocas veces se realizaba eso. Solamente se mencionaba o se hacía “trampa” a la escena como en el caso de “Vivir un poco” (Televisa. 1985) donde Angélica Aragón era recluida en una cárcel de Argentina y las referencias a dicho país eran mínimas. Ojo no hablamos de coproducciones sino de referencia real de personajes que por la concepción de la trama forzosamente tienen que figurar dentro del reparto.
Por otro lado, aquí la combinación de dos guiones en uno solamente es referencial porque finalmente prima el de “De Pura Sangre”, que tiene el peso central de la trama. Aunque la historia de la familia Albarrán no constituía un enganche, salvo cuando se fusionaba con algún personaje central. Finalmente la historia de "Luzma" Martínez interesó, sobretodo por la gran actuación de su “tío” Leoncio Martínez (excelente José Elías Moreno) quien finalmente se consolida por encima de todos y logra una impecable actuación, especialmente en sus dos capítulos finales. Por cierto, cuando “Luzma” y “Pablo” se unen ya la historia había acabado para ellos. Al final solamente eran un enganche con otros personajes porque, simplemente, el público seguía con intereses que otro plan maquinaba los villanos de turno.
Es que tanto César Évora como Leticia Calderón logran compenetrarse con sus respectivos personajes. Más la bella Letty, con un look muy parecido al de Christian Bach en la versión original de esta trama, y quien cumple a cabalidad con su papel aunque sin esforzarse mucho. La verdad Évora y Letty cumplen, pero no van “más allá”, sobretodo Évora quien tiene plasmado el perfil que Zarattini creó para ese personaje en “De pura sangre” y que era más pasivo en su personalidad (fue interpretado por el recordado actor Víctor Junco). Es más, nosotros echamos de menos al Évora de “Abrázame muy fuerte” (Televisa. 2000) y el de “Mariana de la noche” (Televisa. 2003). Aquí cumple en su rol pero nada más.
A pesar de todo, ambos actores con su profesionalismo son puntales en sus roles y ayudan a que la trama interese por el cúmulo de intrigas, que se suceden, una tras otra, junto a un Flavio Medina quien con esa manía de comerse la uña y el cinismo que se percibe en su mirada, a la hora de interpretar a su personaje, permite que tengamos un perfil diferente y más moderno al que le imprimió con maestría, en el pasado, Enrique Álvarez Félix en la versión original.
Tal vez, el mayor acierto de este guión, lo constituye el cambio efectivo que tiene la trama con respecto a su par original. Es que, si en “De pura sangre” el impacto lo constituyó la impotencia del villano al no satisfacer a la bella y sensual Christian Bach. Aquí sucede todo lo contrario porque el efecto principal es la violación de la que es objeto “Luzma” por su propio tío y el tratamiento que se le da al tema de los hijos no deseados producto de una violación. Sin duda, esto contribuyó a que el interés jamás decaiga.
A la par es meritorio también el impacto que causa sus desgarradas escenas, todas muy bien logradas como el final de Isadora y la aparición de la madre de Alonso y su posterior muerte. Una de las tantas sorpresas que contenía esta trama que llegaba muchas veces a un clímax insospechado.
En cuanto a los protagonistas, ambos lucen bien en sus respectivos roles. Cristian de la Fuente, de menos a más, es “ayudado” por Silvia Navarro en muchas tomas porque la actriz mexicana, como siempre, luce adorable y derrocha simpatía. Noten a Silvia cuando llora a raudales por su amado y cuando se entrega a diálogos enternecedores con los demás actores como René Strickler o al mismo Valentino Lanús, en sus capítulos iniciales. Es más cuando el productor Carlos Moreno, fiel a su estilo, de recordar sus anteriores producciones, incluye un diálogo en la que el personaje de Silvia, “Camila” recuerda a su par “Renata” en “Cuando me enamoro” (Televisa.2011), la actriz sabe combinar sus sentimientos con ternura y nostalgia permitiendo que la escena sea más que aceptada.
La telenovela no deja de interesar hasta el momento en que “resucita” Miriam, la esposa de Daniel. Es que, aquí el efecto que causa es todo lo contrario porque la trama se estanca y las “maldades” y “sorpresas” que existen tras el ansía por la posesión de ese ansiado rancho, ya no es tal y vemos como se opta por el lado melodramático. La intriga desaparece y se escoge ese efectivismo puro que no desaparece hasta sus últimos 30 capítulos en que los villanos vuelven a ser los ejes principales del guión logrando que el interés vuelva a cada uno de nosotros.
Por cierto, es de destacar también las participaciones de Ricardo Franco y Laura Carmine quienes, tras “Ni contigo, ni si ti” (Televisa.2010) se consolidan en roles completamente diferentes. Mientras Olivia Bucio logra un papel muy destacado llegando a su clímax con su sorprendente final. También es de destacar los bellos escenarios donde se filmó esta historia en la que resaltan las ganaderías de toros de lidia.
“Amor Bravío”, conquistó adeptos. No llegó a una sintonía bárbara en nuestro país, porque en el Perú se vive el año de los formatos de “reality” y concursos traídos del exterior, pero para los adictos a estas producciones el interés nunca decayó.
(*) rmanrique@elinformanteperu.com
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