LA QUE NO PODÍA AMAR: LA AMBICIÓN SE ANTEPONE AL AMOR
Culmina "La que no podía amar", una buena producción mexicana cuyos actores de reparto brillaron más que sus contrapartes protagónicos. |
Lima, 01 Julio 2012, (Por: Richard Manrique Torralva / El Informante).- Llega a sus momentos cumbres, la telenovela "La que no podía amar" que resulta, con justicia, una de las más sintonizadas en el horario estelar de América Televisión.
La producción de José Alberto Castro ha presentado, gracias a sus guionistas, una historia diferente a lo ya mostrado con anterioridad. Recuerden que esta telenovela es la tercera vez que es producida en México. Sin duda, en Televisa, se han dado cuenta, que con la llegada del Internet y el cable, ya no se puede mostrar "lo mismo de siempre". El público no es tonto, ahora tiene a la mano, a YouTube para comprobar las diferencias con la historia original de Delia Fiallo, realizada en dos oportunidades por este mismo consorcio mexicano. Por ello ahora se opta por adaptar dos historias en una, como "Amor Bravío" o "Corazón Salvaje", o simplemente voltear una historia y readaptarla de nuevo como se hizo con "La que no podía amar", nueva versión de una trama anteriormente protagonizada por Edith Gonzáles y posteriormente por Claudia Ramírez.
Podemos hablar muchas cosas de esta telenovela, pero no se puede negar que "La que no podía amar" tiene el mérito de mantener en suspenso a los televidentes mostrando diálogos y una fuerza interpretativa de sus principales actores de reparto que deja sin aliento a muchos en varios capítulos, además que la historia está muy bien delineada donde la ambición se antepone al amor y el "todo vale" siempre está presente en cada uno de sus capítulos.
SU HISTORIA
En la ciudad de Tuxtla en el estado de Chiapas, (México), vive Ana Paula Carmona (Ana Brenda Contreras), una noble y esforzada joven que está a punto de graduarse como enfermera. Ella ha quedado huérfana desde muy pequeña, por lo que junto a su hermano Miguel (Osvaldo Benavides) quedan al cuidado de su tía, Rosaura Flores (impecable Ana Bertha Espín), una mujer amargada, egoísta y ambiciosa que ejerce una especie de chantaje emocional sobre sus sobrinos fingiéndose enferma, ya que los culpa de no haber podido disfrutar de su vida como hubiera querido, por estar al pendiente de ellos.
La situación económica de la familia es muy precaria, viven en una humilde casita que les renta Don Máximo (Javier Ruán) un hombre malintencionado que al no poder cortejar a Ana Paula, decide en venganza echarlos a la calle, además de acusarla a ella de intento de asesinato. Ana Paula conoce en el jugado, de manera casual a Bruno Rey (muy bien Julián Gil), el joven abogado de Rogelio Montero Báez (Jorge Salinas), el terrible dueño de la Hacienda Del Fuerte ubicada en el pueblo de San Gabriel. Rogelio quedó inválido hace tiempo atrás a causa de un accidente, debido a esto su prometida Vanessa (Mar Contreras) lo abandonó y a partir de allí se convirtió en un hombre despiadado, amargado y ruin. Bruno le ofrece a Ana Paula el trabajo de enfermera de Rogelio, ella sin dudar lo acepta ya que el sueldo es bueno y lo ve como la única posibilidad que le queda para salvar a su familia de la ruina.
Ana Paula acude a la hacienda pero se espanta al conocer el carácter de Rogelio, y se ve resignada a trabajar para un hombre con tan mal carácter en un lugar que le parece frío e inhóspito. Además de Rogelio, en la casa vive su hermana Cinthia (excelente Susana González), que se siente obligada a cuidar de su hermano y soportar su carácter pues él se niega a darle la parte de la herencia que le corresponde, esto como la manera de retenerla a su lado. También están Efraín (Fabián Robles), un peón de la hacienda que ama a Cinthia pero ésta solo lo utiliza cuando está aburrida; Consuelo (Michelle Ramaglia) una joven sirvienta que le tiene un inocente y sincero amor a Efraín; y María (impecable Ana Martín), la madrina de Consuelo, una mujer abnegada y generosa que ha criado a Rogelio y Cinthia como si fueran sus propios hijos. Además junto a ella vive Margarito (demasiado empalagoso el pequeño Bernardo Flores), un niño al que María protege.
Entre ires y venires de su trabajo, Ana Paula conoce a Gustavo Durán (José Ron), un joven ingeniero, honesto y trabajador, que vive con su hermana Mercedes (Anaís), también enfermera. Entre ambos surge un amor que a su vez despierta un peligroso conflicto, pues Rogelio también se ha enamorado de Ana Paula.
Debido a un trágico accidente que provoca Miguel, en el que queda herido y con posibilidades de ir a la cárcel de por vida, Rogelio le propone a Ana Paula que salvará la vida de su hermano si ella acepta ser su esposa. Ana Paula acepta después de que Bruno y Rosaura le hacen creer que Gustavo ha muerto, pero no se imagina el calvario que le espera.
INTENSO DRAMA
"La que no podía amar" es una de las mejores producciones de la temporada por su intensidad, su fuerza interpretativa y su narrativa al contar una historia, volteada, donde la ambición se antepone al amor y es que los villanos lucen estupendos y levantan cada escena a más no poder.
Y aquí merecen más de un elogio los guionistas de esta nueva adaptación porque construyeron personajes muy bien definidos unidos a unos conflictos intensos que dejan con ávido interés a más de uno.
Definitivamente, aquí el guión termina elevando a esta producción. No importa si los protagónicos no lucen como debieran y el amor está casi ausente. Lo que al público le interesa saber es hasta donde la ambición conlleva a la maldad. El ansía por el dinero y el poder figura en todo su esplendor. La verdad, poco importa que el título original no diga nada, lo que deseamos saber es que pasará con tan estupendos actores de reparto.
En verdad, ni Ana Brenda Contreras, José Ron y Jorge Salinas, están para figurar en los roles protagónicos. Ana Brenda (así quiere que la llamen ahora), no es ni la sombra de la joven que nos encandiló en "Teresa" y hasta en "Sortilegio". Demasiado fingida, por momentos, y hasta exageradamente cándida en varias de las escenas. Los guionistas seguramente pensaron o tenían en mente el perfil de Claudia Ramírez, pero a dicha actriz, le caía a pelo el personaje porque su rostro frágil y angelical era ideal para el personaje. No tenía que impostar ni mostrar actos demás, porque ella era simplemente la "Yulissa" ideal (Te sigo amando-Televisa-1997). En cambio aquí, Ana Brenda hace grandes esfuerzos, pero nunca logra compenetrarse con el personaje, su rostro no encaja en el perfil de Ana Paula, se muestra débil a la hora de mostrar las intensas situaciones que allí se producen. No hay diferencia si sufre por Rogelio, por Gustavo o por su hermano y hasta cuando se entera de la verdad al saber que su tía es una de las culpables de su tragedia.
Para colmo su lado tierno junto al "insoportable" de Margarito, que luce demasiado cándido para su edad, resulta demasiado impostado. El niño se comporta como un menor de seis años cuando no lo es, ello determina que la escena sea débil y no cause mayor efecto que el de terminar aburriendo. El personaje de "Ana Paula" es demasiado frágil porque Ana Brenda Contreras confunde inocencia con candidez. Simplemente, o no está bien dirigida o le queda grande el papel. Hay pocas escenas en las que la actriz sale airosa como en el momento en que se cae en la silla de ruedas de Rogelio y se observa que la belleza física de la actriz da en la talla del personaje, pero lamentablemente la violencia y sufrimientos de la que es objeto dejan mucho que desear.
Otro que tampoco encaja es José Ron, un buen actor que vimos en todo su potencial en "Los exitosos Pérez" (Televisa-2011). Lamentablemente este personaje le queda grande. No nos impide olvidar a Arturo Peniche, impecable en la versión original de esta historia (Monte Calvario-Televisa-1986). A Ron le falta la fuerza necesaria y hasta, diríamos la simpatía con que convencernos que estamos ante un hombre que sufre por el amor que la vida y las intrigas separó.
Tal vez el guión haya favorecido al personaje de Jorge Salinas quien es el verdadero galán de la trama, pero necesitaba un contraparte mejor. Ron no es el prototipo ideal para siquiera "hacerle frente" a un actor como Salinas, que a pesar de no gustarnos mucho su actuación, no podemos desconocer su trayectoria y experiencia. En todo caso, lo mejor del enfrentamiento entre ambos, radica en la escena de acción, cuando se van a los golpes en una bien coreografiada escena donde la historia crece a más no poder, ya que el personaje de "Rogelio" demuestra que el impedimento físico no es obstáculo para que uno luche por lo que quiere.
Salinas, es un actor con amplia trayectoria y un hombre muy conocedor de lo que es telenovelas en la actualidad, ya que siempre está al tanto de los remakes basados en clásicos noveleros para poder tentar un personaje, como lo hiciera con "Fuego en la sangre" (Televisa-2010) y hasta con "Mariana de la noche" (Televisa-2009) y ahora también tendrá el papel estelar en el remake mexicano de "La hija del mariachi" (RCN-Colombia-2009), próxima a ser producida.
Lo cierto es que Salinas está vez luce mejor que sus demás compañeros, pero ello no es suficiente ya que el actor no logra equilibrar su personaje y buscar diferencias faciales y gestuales a la hora de interpretar a un malhumorado hacendado y cambiar su personalidad por la de un bondadoso ranchero. A Salinas le falta la fuerza de José Alonso en la historia original (Monte Calvario, Televisa, 1986) y la dureza de Sergio Goyri (Te sigo amando, Televisa, 1997). Debemos recordar que ambos actores si bien eran villanos, la fuerza y estilo interpretativo brillaba al retratar lo despiadados que pueden ser producto de su amargura al estar postrados en una silla de ruedas. Aquí, nada de ello cambia, al inicio de esta historia, porque solamente a media novela sabemos que Salinas ya no será el villano sino el galán con quien se queda su "princesa". Eso sí, un punto para tener en cuenta es que el perfil de este personaje dentro de la historia original de Delia Fiallo, sí está para Salinas, pero su inexpresividad a la hora de actuar lo echan todo a perder.
Es por ello, que los problemas románticos por los que pasa Ana Paula no se sienten. Es más, a uno poco le interesa con quien se quedará finalmente porque sencillamente no hay esa química y romance que traspase la pantalla.
De los tres, el personaje de Salinas es el más beneficioso por su bien delineado guión que nos muestra los estragos por las que pasa un hombre que es limitado físicamente, pero ello no es impedimento para que el amor renazca en él y puede constituirse en su salvación. El que la silla de ruedas en la que está postrado "Rogelio" siga presente hasta el final es un logro importante a tomar en cuenta por la forma inusual en que termina esta historia.
SECUNDARIOS DE LUJO
Pero si eso sucede en los protagónicos, los papeles de reparto, vale decir, los villanos son para pararse y aplaudir a rabiar. Tenemos a una Susana Gonzáles que luce estupenda en su rol. Su personaje va de menos a más. Cuando descubrimos que la verdadera villana estelar es ella, la intensidad crece en el guión, en parte, por la buena desenvoltura histriónica de la actriz quien sabe ser tierna y cruel a la vez.
Ni que decir de Ana Bertha Espín cuyo carácter y estilo se acomodan perfectamente para poder interpretar a esa Tía Rosaura, astuta, manipuladora y sumamente ambiciosa. Las escenas junto a Susana Gonzáles y Julián Gil, elevan la historia y nos ayudan a compenetrarnos más con la trama. Uno no puede dejar de perderse un capítulo porque la telenovela tan astutamente equilibrada puede variar y toparnos en que nada es lo que parece.
A propósito de Julián Gil también merece párrafos aparte. Ya lo habíamos visto en "Eva Luna" (Telemundo, 2011) realizando papeles de villano y siempre destacó. Curiosamente el actor también estuvo en el Perú protagonizando "Los Barriga" (Frecuencia Latina 2008).
Pero no sólo es eso, el gran acierto del guión al contar los orígenes de Cinthia, permiten el buen desenvolvimiento escénico de doña Ana Martín, siempre relegada a papeles de mucama, nana o ama de llaves. Aquí como la mujer violada, vejada y convertida en la sirvienta de la casa para seguir al lado de su hija, convierten al personaje ya no en un mero soporte sino en una historia entrelazada más, que gusta y atrapa por el buen desempeño de la actriz.
Otro acierto a tomar en cuenta, es que ninguna de sus historias paralelas desentona. Es cierto, no lucen tan atractivas cono los personajes centrales, pero en líneas generales no defraudan porque son estratégicamente entrelazadas para que el efecto-causa tenga mucho que ver con los protagonistas y permita que el suspenso continúe. Por ello va el aplauso para Ximena Suárez y todo su equipo de libretistas quienes han logrado un estupendo trabajo en los guiones de esta historia. Uno que la seguía por el cable ya preveía que la sintonía en nuestro país iba ser positiva porque sencillamente es una de esas producciones bien realizadas, con buenas tomas en exteriores y sobretodo con una historia cambiada, pero bien delineada en la que el interés nunca decae.
Eso sí, ya las maldades castigadas con una desfiguración producto de un incendio son demasiado mostradas. ¿No hay otra forma de castigar a los villanos? Lucero, Ernesto Alonso, Sergio Goyri, entre otros, terminaron de esa manera cuando interpretaron personajes crueles. Urge un castigo mejor para este tipo de personajes ¿No creen?
En suma, si la telenovela no es completa es porque los protagonistas nunca supieron estar a la altura de las circunstancias. "La que no podía amar" brilla gracias a sus estupendos secundarios de lujo. Aquí el amor se quedó a un lado. A pesar de todo, es una de las buenas telenovelas en lo que va del año. El aplauso va para los guionistas que pudieron crear una historia que no tiene pierde.
(*) rmanrique@elinformanteperu.com
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Comentarios
Bueno yo soy bien exigente con las novelas que veo y creo que tienes razón con lo dicho sobre los actores de reparto,pero si hay escenas en que Ana Paula y Rogelio hacen vibrar a la gente, claro lo que mantiene pendiente a uno de la novela; es el trama, saber si Ana se encontrará con Gustavo, si Gustavo descubrirá a Cintia con Efraín, etc etc. Pero como te digo, si hay escenas en las cuales los protagonistas nos ponen los pelos de puntas. Y claro otro merito son los temas de fondo que ponen, estos van a ritmo de la escena.
Además recordemos que es el primer protagónico de Ana Brenda y el güero Castro le dio su oportunidad, creo que Ana no la desperdició ya que trató de dar lo mejor y si nos damos cuenta capítulo tras capítulo fue creciendo.
Pero Ana Brenda sobre todo cuando actua lo hace muy natural, sin sobreactuaciones exageradas... ella también le da un poco de ángel ( dulzura, ternura) a su personaje.